Tres días después de la misteriosa desaparición de Jhon Alexander Carrascal Pérez, unos niños que jugaban con unos perros descubrieron su cadáver enterrado en la vereda El Paraíso Perdido, zona rural de Cúcuta, sobre la vía al corregimiento de Urimaco. (Lea también: Encuentran enterrado el cuerpo de un hombre en zona rural de Cúcuta)
Helena (*), compañera de Carrascal Pérez, quien tuvo que reconocerlo en la morgue del Instituto de Medicina Legal, narró que la madrugada del 15 de octubre su pareja, quien trabajaba en transporte informal, salió de su casa en el barrio Motilones a cumplir con un servicio.
“Desde el día anterior, Jhon Alexander me avisó que iba a recoger una carrera por los lados del barrio San Eduardo. Me aseguró que no se demoraba porque tenía que regresar a comprar el gas que se había acabado en la casa”, recuerda la mujer, con quien convivía en unión libre, y con una hija de ella.
Carrascal Pérez salió en un vehículo Chevrolet Century, placa SBY-650, que había adquirido recientemente para trabajar en servicios de transporte varios.
“A las 7:00 de la mañana empecé a llamarlo para ver si todavía se demoraba, pero el celular sonaba sin señal y después en correo de voz y apagado. Con el paso de las horas empecé a preocuparme”, recuerda Helena.
Y así, sin noticias, transcurrieron el sábado y el domingo. Pero, el lunes festivo cuando los niños jugaban con los perros entraron a una casa deshabitada, cerca de una finca, y los animales empezaron a escarbar. En ese momento, los pequeños avisaron a sus papás qué algo pasaba en dicha vivienda.
Al llegar, los padres notaron el cadáver de una persona, por lo que de inmediato alertaron a la Policía.
Jhon Alexander fue enterrado en la fosa con la ropa que llevaba puesta: un bluyín, una camisa morada y una manilla en la muñeca izquierda, pero sin los documentos de identificación.
Solo hasta el jueves, un grupo especializado en exhumaciones de la Fiscalía llegó a la vereda a sacar el cadáver, en avanzado estado de descomposición. En las paredes de la vivienda encontraron rastros de sangre, por lo que una de las hipótesis es que el hombre fue llevado hasta este lugar para ser asesinado y enterrado.
Identificación
“El viernes una cuñada de Jhon Alexander me informó que había aparecido un cuerpo con las mismas características de vestimenta, pero se me hizo raro porque ninguna autoridad me había llamado”, agregó Helena.
Sin embargo, la familiar sembró la duda en Helena y ante tanta insistencia decidió armarse de valor para dirigirse a la morgue del Instituto de Medicina Legal.
“La morgue estaba cerrada. Entonces, fui hasta la Sijín de la Policía, donde un uniformado me confirmó las prendas que llevaba el cadáver y que permanecía sin identificar”, agregó la mujer, quien al día siguiente regresó a Medicina Legal en compañía de una hermana de Jhon Alexander para practicar una prueba de ADN.
Los funcionarios forenses lograron rescatar tres impresiones dactilares, entre ellas las de un dedo índice, que fueron cotejadas con la Registraduría Nacional e identificado finalmente el cadáver.
¿Qué paso?
Según le informaron en Medicina Legal, Helena deberá esperar el resultado de la necropsia para saber la manera cómo murió su compañero.
Sobre los móviles que desencadenaron este hecho, ella dijo desconocer amenazas en contra de su pareja.
Lo único que recuerda es una denuncia que él interpuso a unos delincuentes que lo atracaron, un año y medio atrás, cuando trabajaba como taxista. Sobre el vehículo Chevrolet Century se desconoce su paradero.
En una funeraria del barrio Comuneros se cumplieron ayer las exequias de la víctima, natural de Cúcuta, y en la tarde fue sepultado en el Cementerio Central de la ciudad.
(*) Nombre cambiado por seguridad.
