Jorge Bonilla Silva, de 85 años, mató a su hijo Jorge Enrique Bonilla Cáceres, de 52, en un incontrolable arranque de furia. Padre e hijo vivían bajo el mismo techo en la calle 23 con avenida 11 del barrio Cuberos Niño.

“La pelea fue porque mi hermano no dejó salir a mi papá a tomar. Los vecinos dicen que primero hubo golpes y después mi padre se armó con dos cuchillos y atacó a Enrique. Él no se arrepintió, apagó la luz y se tomó una cerveza hasta que llegó la Policía y se entregó”, relató Edinson, otro de los cinco hijos de Jorge.

Los hechos ocurrieron el domingo alrededor de las 8:20 de la noche, luego de que padre e hijo habían  pasado un día en familia; pero el alcohol les jugó una mala pasada.  

“Luego de almorzar en familia, mi hermano, mi papá y yo nos fuimos a tomar unas cervezas. Hacia las 5:00 de la tarde regresamos, pero yo volví a salir con mi hermano hasta las 7:00 de la noche. Después lo dejé en la casa y me fui a traer comida al barrio Alfonso López”, recuerda Edinson sobre los momentos que antecedieron a la tragedia.

Al parecer, padre e hijo tenían diferencias y no era la primera vez que discutían. El padre se enfadaba cada vez que Jorge Enrique llegaba con algunos tragos en la cabeza. Sin embargo, siempre intervenía un familiar y el problema se solucionaba. 

“En ese momento ellos quedaron solos en la casa; después fue que me llamaron a decirme que estaban peleando y mi hermano estaba herido. Entonces tomé un taxi, pero cuando llegué ya estaba la Policía en la casa y mi hermano muerto”, recuerda con lamento Edinson.

El padre fue trasladado a la URI de la Fiscalía y está pendiente su presentación ante un juez de control de garantías, por homicidio agravado.

El cadáver de su hijo, quien sufrió heridas en abdomen, pecho y espalda, fue trasladado a la morgue del Instituto de Medicina Legal.  

“No sabemos de dónde sacó mi papá los cuchillos, si del cuarto o de la cocina. Mi hermano tenía las manos cortadas, como si hubiera tratado de defenderse”, añadió Edinson,  al tiempo que dijo temer por la suerte de su padre.