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Caterine Ibargüen, una de las 10 superestrellas de los juegos

Así lo confirmó el comité organizador. Además está entre las mujeres latinoamericanas, pioneras de Río-2016.

De Mónica Puig a Paula Pareto, pasando por Rafaela Silva o Caterine Ibargüen, las mujeres latinoamericanas rompieron barreras en los Juegos Río-2016 y se robaron gran parte del protagonismo.
       
Aunque todavía lejos de sus congéneres masculinos, las féminas acapararon en tierras cariocas 18 de las 52 medallas latinoamericanas -6 de oro-, con éxitos inéditos para el deporte regional.

Para Colombia, la celebración fue doble porque el comité organizador de los Juegos Olímpicos decidió incluir a Ibargüen en la lista de las 10 superestrellas de Río.

Por otra parte, la tenista Mónica Puig dio una de las mayores sorpresas de la historia del tenis olímpico, al colgarse el oro, el primero de su país en unos Juegos y el primero de una tenista latinoamericana. Antes que ella, solo la argentina Gabriela Sabatini se había acercado con una plata en los Juegos de Seúl-1988.

"Ojalá esto sirva para que enseñe a las mujeres latinas que todo se puede conseguir en la vida", dijo la boricua de 22 años, que nunca ha pisado el Top 20 del circuito femenino y solo contaba hasta ahora con una victoria menor en Estrasburgo en 2014.

Pionera fue también la judoca Paula Pareto, que con 30 años se convirtió en la primera mujer argentina de la historia en consagrarse campeona olímpica en la división de 48 kg, y la primera en obtener dos medallas en un deporte individual.

La 'Peque', como llaman sus amigos a esta médica y atleta, celebró una victoria que "pone al judo y a la mujer en un lugar de privilegio".

Este deporte cada vez más practicado en todo el mundo dio otras alegrías a Latinoamérica, y el primer oro a Brasil en sus Juegos, que llegó desde la tristemente célebre favela carioca Ciudad de Dios de la mano de Rafaela Silva.

El judo, la disciplina que le impusieron sus padres, preocupados por la violencia callejera, la coronó como su nueva reina en los 57 kg. íTodo un símbolo de superación!

Recién coronada, se erigió en la voz de los desposeídos, condenando el racismo y la discriminación que sufrió en carne propia.

'Inspiración para el mundo'

"Es una inspiración para el mundo entero", dijo de ella el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.

Los brasileños volvieron a celebrar días después el primer oro de su historia en la vela olímpica femenina, conquistado por Martine Grael y Kahena Kunze en "su jardín" de la bahía de Guanabara.

A sus 25 años, la joven Martine asegura el relevo de la "familia real" de esta disciplina náutica, que atesora ocho medallas olímpicas (la suya, las dos de su tío Lars y las cinco de su padre).

"Ella ya es mejor que yo pues yo no tenía una medalla de oro a su edad", dijo el legendario bicampeón olímpico Torben Grael, hoy entrenador nacional.

Dos colombianas, Caterine Ibargüen y Mariana Pajón ayudaron a su país a establecer un nuevo récord de oros (tres) en una edición de los Juegos.

A sus 32 años, Ibargüen sabía que Río podía ser su última oportunidad para hacerse con el único premio importante que faltaba en su palmarés en el triple salto, y no la desaprovechó.

La antioqueña que cautiva a todos con su sonrisa se vistió de oro con su mejor salto del año (15,17 m) en una final en la que la ascendente venezolana Yulimar Rojas, a quien muchos ven ya como su posible sucesora, brilló con una plata inédita en la historia del atletismo de su país.

Cuando todavía no habían acabado las celebraciones, Mariana Pajón, la "hormiga atómica" como le llaman algunos, repitió el éxito de Londres en ciclismo BMX, y no pudo contener las lágrimas en el podio por convertirse en la única colombiana con dos oros olímpicos.

Y aunque no pudo apuntarse a la lluvia de oros, María Guadalupe González se convirtió con su plata en 20 kilómetros en la primera mujer mexicana que gana una medalla en marcha, una presea que al mismo tiempo rompe con 12 años de sequía en el atletimos para el Tri.

Las mujeres, que en Río llegaron por primera vez el 45% de los casi 11.500 atletas participantes, deberían seguir su camino dorado en Tokio-2020, donde los organizadores prometen nuevas pruebas.

Por Claudia Rahola | Río de Janeiro | AFP

Domingo, 21 de Agosto de 2016
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