Después de los hechos violentos en donde perdió la vida el estudiante de ingeniería civil de la Universidad de Pamplona, Iván Gustavo Badillo Ávila, y el ataque con arma blanca del que fue víctima, Yender Oswaldo Jaimes, de 21 años para robarlo, la Policía, con el acompañamiento del Ejército, empezó a ejercer controles nocturnos.
El comandante del Primer Distrito, mayor Javier Rincón, indicó que las acciones consisten en verificación de antecedentes judiciales y los menores de edad que sean sorprendidos en establecimientos públicos son dejados a disposición de la Comisaría de Familia, entidad que los entrega a los familiares.
Por este último hecho se cerraron dos negocios, porque estaban expendiendo licores a menores de edad. También los controles están orientados a desarmar a la población a través de la entrega voluntaria.
El fin de semana la Policía recibió cinco armas de fuego (tres escopetas y dos revólveres hechizos), y a cambio los propietarios fueron favorecidos con mercados.
En las requisas hechas en la Plazuela Almeyda se incautaron 12 armas blancas, entre cuchillos y navajas. Sobre las riñas que se originan los fines de semana, el oficial aseguró que debido a la presencia de las autoridades, no se presentaron estas alteraciones, como se ha hecho costumbre.
Para garantizar la seguridad en los barrios periféricos, el comandante del Primer Distrito indicó que se cuenta con unidades motorizadas. Estas acciones se adelantan con la colaboración de los presidentes de las juntas de acción comunal.
“Ellos (comunales), nos dieron a conocer algunos sitios específicos en donde se reúnen personas a consumir drogas”.
Iguales planes se adelantan en los parques, a lo largo de la ronda del río Pamplonita y zonas que son frecuentadas por jóvenes y adultos. Rincón, le solicitó a la ciudadanía denunciar más.
