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Navarro Wolf dice que en Cúcuta algo no está funcionando bien

El senador de Alianza Verde habló sobre la alerta de los procesos de contratación en el país.

Hace algunos días, el senador de la Alianza Verde, Antonio Navarro, lanzó una alerta sobre lo que está sucediendo con los procesos de contratación en el país, y llamó la atención sobre dos ciudades en las que, particularmente, a las licitaciones solo se presenta un oferente: Arauca y Cúcuta.

En el caso concreto de la capital de Norte de Santander, el dirigente encontró, a partir de un sistema diseñado por la Sociedad Colombiana de Ingenieros, que la ciudad figura con semáforo en rojo, toda vez que en 2015 y 2016 el promedio de participantes en los procesos licitatorios fue del 1,05%.

De acuerdo con la información que obtuvo el congresista, en el último año de administración de Donamaris Ramírez, por ejemplo, se entregaron 27 licitaciones por un valor de $55.030 millones, en las que solo un oferente participó.

Entre tanto, durante el 2016, cuando arrancó la administración del alcalde César Omar Rojas Ayala, se otorgaron 24 licitaciones con un solo oferente, por un valor de $67.321 millones; y solo dos licitaciones por $9.264 millones, teniendo en cuenta a dos oferentes.

De ahí que Navarro llamó la atención de los órganos de control, para que investiguen si aquí se estarían presentando irregularidades.

El senador de la Alianza Verde, quien a propósito viene liderando, junto con su partido, una consulta anticorrupción, estuvo en Cúcuta esta semana para promover la iniciativa y La Opinión conversó con él sobre lo que encontró en su investigación y el fenómeno de la corrupción en Colombia.

¿Cuál cree usted que es el principal foco de la corrupción  en Colombia?

Corrupción hay por todos lados. Realmente se ha ido volviendo un monstruo de mil cabezas. Desde el ciudadano que vende el voto, hasta el que recibe sobornos para contratar grandes obras públicas. De modo que es un tema complicado, que ha cogido tanta ventaja que no va a ser fácil de resolver, pero hay que volverlo una prioridad.

¿Se volvió la contratación la caja menor de los políticos para pagar favores?

Hay corrupción en la contratación pública de manera muy reiterada. Precisamente hice unas afirmaciones hace algunos días sobre un método de aproximación al tema que desarrolló la Sociedad Colombiana de Ingenieros. Ellos diseñaron una especie de semáforo para la contratación pública. Cuando en una licitación se presentan tres proponentes o menos el semáforo está en rojo, cuando son de cuatro a 10 está en amarillo y cuando son más de 10 están en verde.

A partir de la aplicación de ese método usted alertó, días atrás, sobre la situación de Cúcuta en donde la contratación se está quedando en manos de unos pocos, ¿cuál es su conclusión?

Los dos municipios con contrataciones mayores a $10.000 millones con menos oferentes por licitación son Arauca y Cúcuta. En el caso de Cúcuta el panorama es de 1,05 oferentes por licitación. Esto lo que indica es que hay que revisar ese tema con todo el rigor, porque mientras en Manizales hay 77 oferentes por licitación, o en Medellín 14, en Popayán 13, cómo podemos explicar que en Cúcuta haya uno. De modo que esto está llamando la atención hacia algo que se ha vuelto común en Colombia y es la manipulación o lo que se llaman los ‘pliegos sastre’.

Además de estas cifras, ¿qué de todo lo que encontró en Cúcuta le llama particularmente la atención?

Primero, que cambió el alcalde y cambiaron los contratistas. ¿Por qué los que se presentaron en el gobierno anterior no se presentaron en el nuevo? Segundo, que definitivamente esto no es un comportamiento generalizado en el país y hay que pedirle a los órganos de control que vayan a profundidad a ver si efectivamente, como puede uno sospechar, hubo manipulación de pliegos en la asignación de contratos.

¿Esto entonces es un síntoma de que los contratistas sí vienen con el político de turno?

Aparentemente eso es lo que está demostrando esta realidad. En Arauca, por ejemplo, no pasa eso. Allá tal vez hay menos contratistas y los de un gobierno son los del otro, pero en Cúcuta son distintos contratistas y me parece que hay necesidad de que esto se investigue.

¿Cree que aquí y en muchas otras partes del país los procesos de licitación son amañados para favorecer a quienes apoyan las campañas de los ganadores?

No podría afirmar eso concretamente en el caso específico de  ninguna ciudad, porque no soy un órgano de control, sino un ciudadano que está usando un método que los ingenieros desarrollaron porque están aburridos de que no puedan participar. Evidentemente se acomodan las licitaciones o las condiciones habilitantes y los pliegos, para que se favorezca un determinado contratista. De manera que eso es bastante generalizado. En el caso de Cúcuta es mucho más severa esa restricción del número de proponentes en las licitaciones.

¿El hecho de que se concentre la contratación en uno o dos oferentes, no se entiende como corrupción?

Es un síntoma de que se puede haber manipulado o las condiciones habilitantes o los pliegos. Por eso, una de las cosas que proponemos en la consulta contra la corrupción es que todas las entidades tengan unos pliegos tipo, que sean obligatorios, y unas condiciones habilitantes estandarizadas.

¿Cuál es su llamado frente a lo que se encontró en Cúcuta?

Le digo a los órganos de control que si hay unos semáforos que diseñó la Sociedad Colombiana de Ingenieros, y Cúcuta, como otras ciudades del país, está en rojo, pues ahí hay una alerta y si existe, pues que miren a profundidad qué es lo que ha pasado para que haya tantas licitaciones con tan poquitos proponentes. Eso es un síntoma de que algo no está funcionando como debería ser.

Hasta el momento no ha habido una reacción fuerte en el país frente al fenómeno de la corrupción, ¿se acostumbraron los colombianos a este mal?

Es que tampoco ha habido suficiente consistencia en proponer soluciones. Es decir, hay denuncias, todo mundo cuestiona lo que pasa, pero después eso pasa y no hay un mecanismo de cómo resolver el problema. Por eso, algo importante para empezar es no vender el voto; no lo cambien por un puesto público, por un favor, pues así están autorizando la corrupción, siendo cómplices.

¿Cree que el país responderá a la consulta que están planteando desde la Alianza Verde?

La consulta tiene muy buen ambiente. En todo el país ha sido muy bien recibida. Está demostrado que la gente está agotada de este proceso de corrupción.

Proceso de paz

Los exintegrantes del M-19 tuvieron una oportunidad en la política, después de dejar las armas, ¿cree que los colombianos le harán esa misma concesión a las Farc?

De eso se trata un acuerdo de paz, de que quien está armado deje las armas y pueda ser candidato y hacer política. ¿Cuántos votos van a sacar las Farc? eso sí amanecerá y veremos, pero evidentemente esa es la esencia del proceso. Hay quienes dicen que van a sacar una cantidad de votos y que nos vamos a convertir en Venezuela, eso creo que es parte de las exageraciones de la vida pública. Esperemos a ver cuántos sacan, pero no va a ser igual a lo de 1990.

¿Qué será lo más difícil para que la guerrilla pueda obtener el respaldo en las urnas?

Cuando usted se desarma tiene que convencer a la gente. Vamos a ver a cuántos son capaces de convencer. Yo en eso estoy apoyando con toda energía y claridad los acuerdos de paz. Creo que es una bendición para Colombia que se desarme la guerrilla, pero yo no voy a votar por las Farc.

¿Ve a Timochenko o Iván Márquez como candidatos presidenciales?

Ellos han dicho que quieren un gobierno de transición, idea que no me parece buena. Lo que pienso es que hay que hacer un gobierno de cambio.

¿Cómo analiza usted el hecho de que Everth Bustamante, que hizo parte de un grupo guerrillero que firmó la paz, se oponga a que ocurra lo mismo con las Farc?

De todo se da en la viña del Señor.

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Lucy Araque
Lucy Araque
Sábado, 18 de Febrero de 2017
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