Los vecinos de la Primera Etapa de Atalaya recuperaron este fin de semana el sueño y la tranquilidad luego de que la Policía, en compañía de las secretarías de Gobierno y Seguridad Ciudadana, recobraron el orden en esta zona.
Después de la 1 a.m. cuando los locales de venta de bebidas embriagantes deben cerrar sus puertas, la rumba se traslada a las calles de este sector, y el Paseo Rojo y Negro se convierte en una gran taberna a cielo abierto.
Esta situación causaba molestias e incomodidad entre los vecinos, que constantemente se quejaban por el ruido, la música a alto volumen, y los peleas que se desataban en el lugar.
El fin de semana la Policía logró recuperar este espacio y le aguó la fiesta a por lo menos 500 personas que estaban bailando y bebiendo licor en los senderos peatonales y las canchas que conforman el popular paseo, en los alrededores de El Natilán y el Policlínico de Atalaya.
Óscar Gerardino, secretario de Gobierno, aseguró que estos operativos se están replicando los fines de semana en barrios como Belén, La Libertad, Aeropuerto, Atalaya y zona céntrica de la ciudad, para devolverles la tranquilidad a los cucuteños.
El mes pasado, la Alcaldía y la Policía realizaron este misma operación en el Paseo Rojo y Negro (Primera Etapa de Atalaya) y encontraron a 1.800 personas consumiendo bebidas embriagantes o sustancias psicoactivas en pleno espacio público.
Según la Alcaldía, este tipo de operaciones nocturnas se realiza periódicamente, para ofrecerles mayor seguridad a los ciudadanos.
Los vecinos del paseo fueron los más agradecidos con las operaciones de control y pidieron se realicen más seguido para acabar definitivamente con el caos y el desorden que reina en esta zona cuando las tabernas cierran sus puertas.