Los habitantes de Cácota y de Chitagá gozaron de una tarde recreativa en la que con mensajes alusivos a la tolerancia, el respeto y a la paz, fortalecieron el sentido de pertenencia con sus municipios. La actividad fue coordinada por la gestora social de Norte de Santander, Cecilia Soler.

En estos dos municipios se reunió con 400 estudiantes de primaria de los sectores rurales y urbanos. En la actividad recreativa que estuvo a cargo de un colectivo de payasos y de malabares también se vincularon funcionarios públicos, jóvenes, comunales y ciudadanía en general.

“Le estamos apuntando a que cada ciudadano aporte una granito de arena para construir esa paz tan anhelada”, aseguró. “Es por ello que con las visitas a los municipios llevamos estos mensajes tanto a niños, jóvenes y adultos”.

Soler explicó que como complemento a los programas recreativos, también el gobierno departamental aporta a las comunidades bienestar, salud, deporte y cultura.

Expresó que el propósito del gobernador, William Villamizar, es que Norte de Santander sea modelo y constructor de paz a nivel nacional.

En el parque principal de Cácota se hizo la primera parada de la diversión, la risa y promulgación de gestos de paz. El alcalde, Manuel Isidro Cañas, manifestó que ojalá este tipo de actividades se desarrollen frecuentemente porque llevan alegría y esparcimiento a la población infantil del municipio.

“Estamos convencidos de que si todos les inculcamos a los niños las buenas costumbres, la tolerancia y el respeto, será el camino ideal para conseguir la paz”, sostuvo.

Por su parte la gestora social del municipio, Teresa Isidro, destacó que al estar los niños unidos y disfrutando de este tipo de espectáculos se promueve la sana convivencia.

La gestora añadió que el compromiso de todos es sacar los municipios adelante y un Norte de Santander sin violencia.

En Chitagá

Una vez culminó la actividad en Cácota, la comitiva del gobierno departamental se desplazó hasta el coliseo cubierto de Chitagá a continuar con el programa recreativo.

La gestora social del municipio, Marixa Villamizar González, expresó que estos espacios son indispensables fomentarlos porque ayudan a los niños y jóvenes a apartarse de las sustancias alucinógenas y desterrar el fenómeno de la violencia.

“Por medio de estas jornadas la niñez se recrea sanamente. También fomentan los lazos de amistad, solidaridad, respeto y la unión que son principios fundamentales para vivir en paz”, indicó.

La Opinión