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Plan de desarrollo de Sardinata va por buen camino

El fortalecimiento del Consejo de Planeación es uno de los primeros pasos a favor del municipio.

El progreso de Sardinata está en manos de todas las personas que participaron de la construcción del plan de desarrollo que, en últimas, fueron el cien por ciento de los habitantes representados en sus líderes comunales.

En total transparencia, sin recursos y con la dificultad de acceso a las 125 veredas del municipio y sus cinco corregimientos, lo que más destacan quienes han acompañado la construcción del plan es la participación comunitaria, nunca antes vista.

Las Diócesis de Tibú y Cúcuta, el Pnud, y los funcionarios de la alcaldía se comprometieron a hacer de Sardinata un lugar del que “nos encargamos todos”, como se titula el documento.

Sara Sandoval, coordinadora del plan, expresó que “era muy satisfactorio ver a gente jubilada diciendo que, como nunca, estaban participando, al igual que los concejales que llevan tiempo y dicen que las metas fueron hechas por y para la gente de Sardinata”.

Víctor Gutiérrez, consultor en la Pastoral Social, indicó que el proceso ha sido favorable por la inclusión de los planes de los planes comunitarios que existen en los corregimientos Las Mercedes, La Victoria, El Carmen y Luis Vero.

Todos fueron agregados al plan de desarrollo y también se dio representación en el Consejo territorial de planeación a víctimas, mujeres, jóvenes y un representante por corregimiento de las juntas de acción comunal, para garantizar que el agro fuera protagonista.

Pese a los temores que aún existen, los funcionarios están llegando a los territorios para responder a las comunidades, lo cual destacan sus pobladores.

“La participación funciona como antídoto contra la corrupción y el mal manejo de recursos públicos”, expresa la alcaldía. “Por ello se fortalecerá el control social y las veedurías para garantizar un manejo transparente y eficiente de los asuntos públicos”.

En este sentido, ya se dio un primer paso con el fortalecimiento del Consejo de Planeación para el cual, en principio, la alcaldía solo tenía dos millones de pesos pero la garantía de participación alivió esta dificultad.

Situación actual

El panorama de Sardinata es complejo, con el 53,3 por ciento de necesidades básicas insatisfechas que, comparadas con el 30,25 por ciento del departamento, son una estadística alarmante.

Salud, educación, servicios públicos, electrificación y los esperados mejoramientos de las vías terciarias son los mínimos vitales para la ciudadanía.

Según se evidencia en el plan, solo en el balance de salud, el incremento de la malnutrición en menores de 5 años, con desnutrición crónica es del 3,13 por ciento, que se agrava por el bajo aprovechamiento de la tierra.

La inseguridad alimentaria debido a la limitada producción de alimentos de la canasta básica es constante, así como los conflictos por el uso del suelo por la presencia de monocultivos, legales e ilegales.

Luis Camacho, presidente del concejo, aunque se preocupa porque el pueblo tiene muchas necesidades, espera que el plan que ha sido elaborado con la gente permita que el municipio avance, en paz.

“Para la paz se debe tener desarrollo, empleo porque si no la gente pierde su trabajo, sin carreteras la relación con lo ilícito porque no llegan las condiciones”, dijo. “Eso debe cambiar”.

Minería, el dolor de cabeza

Un número indeterminado de minas ilegales de carbón, que aportan casi un 25 por ciento de la producción total del municipio ocupan uno de los ejes del plan, para ser censadas y legalizadas.

Aunque hoy en día se desconoce el grado de afectación que generan, la comunidad está preocupada por los patios de acopio de carbón que se están construyendo a orillas de la quebradas San José, La Sapa y el mismo río Sardinata.

Igualmente, se ha indicado un incremento importante de la industria maderera, especialmente en Las Mercedes, Luis Vero y San Martín de Loba.

Según los informes comunitarios, se extraen maderas como  cedro, pardillo y cascarillo, las cuales son comercializadas en los centros de ebanistería de la región y otras localidades como Bucaramanga y Barranquilla.

Les dejaron deudas por $4 mil millones

Sin empalme y con una deuda que supera los 4 mil millones de pesos la alcaldesa de Sardinata, Yamile Rangel, no se dio por vencida para sacar adelante el municipio.

Según se conoció, uno de los hechos más complicados está con una obligación que supera los $3 mil millones por una maquinaria que debería servir para mantener y ampliar vías.

Una pajarita, dos volquetas y otras herramientas tuvieron que ser traídas, con un 70 por ciento de ellas inservibles, desde una vereda.

Igualmente, se dejó un proyecto para construir el Centro de integración ciudadana con un importante retraso porque debía instalarse en un barrio que apenas está en planos y sin servicios públicos.

Al comenzar el año, Rangel halló cuentas por pagar de más de 500 millones de pesos y otras más en estampillas por más de $350 millones.

Dos créditos que se solicitaron con una entidad bancaria están en cobro jurídico, y un lote quedó con pagos retrasados.

Aunque algunos vecinos del sector reconocen que el exalcalde, Carlos Andrés Pérez, ejecutó ciertas obras, hoy dudan de su efectividad.

“La plata se invirtió, pero no en lo que correspondía”, señaló una fuente. “Hay una piscina en la que se iba a hacer un centro acuático, pero más parece un laberinto y ya tiene goteras y las baldosas levantadas”.

Rangel dijo estar gestionando los recursos para solventar las deudas y finiquitar los proyectos pendientes, más los que entraron al plan de desarrollo.

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Martes, 10 de Mayo de 2016
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