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Julián del Castillo, un ingeniero que terminó como cantante de rancheras
A este oriundo de Piedecuesta, Santander, la música lo hacía hervir la sangre.
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Celmira Figueroa
Celmira Figueroa
Martes, 24 de Mayo de 2016

Su voz ha estado interpretando merengue, vallenato, salsa,  pero siempre se ha identificado con la música popular ranchera.

Julián del Castillo descubrió esa vocación desde muy joven. Sin embargo, los compromisos no le habían dado espacio para que cristalizara su sueño de producir un disco.

En Piedecuesta, Santander, su tierra natal, hizo la voz principal de la orquesta Royal Band y ese comienzo le permitió experimentar con la agrupación Tizón y terminar de corista de Luis Mateus en su agrupación vallenata.

Hace cinco años se dispuso a crear su primer disco compacto y  lo logró. El eco de sus canciones rancheras surcaron los cielos del llano colombiano, mientras que en Santander lo ignoraron por completo.

No fue facil ser profeta en su tierra, pero el giro de 90 grados se lo dio “Yo era el payaso”, inspiración de Orlando Beltrán. La radio lo difundió de manera repetida y así lo escucharon en el oriente colombiano. Ese despunte lo comprometió a iniciar una gira por  Boyacá, Arauca, Meta y Norte de Santander, donde lo aclaman en ferias y fiestas.

Pese a que salió graduado de ingeniero ambiental de la universidad de Santander no desvió su camino de cantante. Antes por el contrario sacaba más tiempo para componer y preparar su segunda producción discográfica.

La música lo hacía hervir la sangre, pero tenía que, también, aportar sus conocimientos  de ingeniero ambiental al municipio que lo vio nacer y aceptó trabajar en una empresa oficial.

Defiende este  género popular y dice que no solo se le canta al desamor sino también al amor,  a Colombia. Incluso uno de los temas se titula 100% colombiano en donde se pasea con orgullo por todas las regiones del país de manera picaresca.

El año pasado cargó energías y puso a rodar el segundo sencillo que incluye “Una aventura”, de su autoría. Sin embargo, a Cúcuta vino a promocionar el cuarto corte que se llama “Mi bendición” aprovechando que se aproxima el Día de las Madres. Aquí y en Pamplona, Ocaña, Ábrego, Convención, Toledo, Labateca, Chinácota, Villa del Rosario, le reconocen  su talento y se siente muy agradecido con ese público que lo aclama.

La gira la proseguirá por el Eje Cafetero donde también ha sido bien recibido con sus rancheras, que “ahora están de la mano de la salsa, del vallenato y se escucha, desde en una cantina, pasando por una tienda, hasta en cualquier discoteca.

No podía dejar por fuera temas relacionados con el despecho, porque “aunque no lo crean, la gente se siente identificada con esos momentos vividos en algún instante de sus vidas” y por ello incluyó ‘No me voy a morir’  “una especie de reflexión que debemos hacer después de un desamor”.

El 15 de julio regresará a Cúcuta  para subir a la tarima durante las ferias julianas en donde se  promocionará como solista en su segundo disco compacto.

Perfil

Julián del Castillo es el menor  por parte de la mamá, pero el mayor por parte del papá. Ese ‘enredo’  familiar lo llevó a que lo criaran sus abuelitos.

Conformó su propio hogar. Con Cindy Sanabria tiene dos hijos: Kevin y Julián. Y se siente orgulloso porque Julián apenas con seis años de edad ya ha demostrado talento y ha compartido tarima con Raúl Santi, José Alfredo Jiménez de ‘Yo me llamo’ (Efrén Triana) y otros artistas de Santander.  

Durante sus presentaciones privadas le piden que cante vallenato e interpreta canciones de Rafael Orozco, cantautor del Binomio de Oro y Jean Carlos Centeno,quien lo inspiró para ganarse el  concurso ‘Imperio vallenato’ hace unos diez años en Piedecuesta, donde también actuó  Jorge Martínez, quien encarnó a Rafael Orozco del programa ‘Yo me llamo’. También admira al mexicano Marco Antonio Solís.

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