La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Vida
Inocentes embusteros: ¿Por qué mienten los niños?
Los infantes empiezan a mentir desde los 5 años, por el ejemplo de los adultos, según la psicóloga Luz Stella del Pino.
Image
Leonardo Favio Oliveros Medina
Leonardo Favio Oliveros
Sábado, 15 de Julio de 2017

La mentira es un mecanismo de defensa y refugio.

Sofía jugaba en la sala de su casa, mientras su mamá estaba en el patio lavando ropa y su hermano mayor en su habitación, cuando accidentalmente tumbó una valiosa estatuilla decorativa que había en la mesa.

Su madre llegó de inmediato para saber qué había pasado, encontrando el objeto hecho pedazos y a la pequeña de 6 años a un lado. Ante el temor de ser castigada, la niña culpó a un gato travieso que tienen de mascota y que también rondaba la sala. La mentira fue creída.

Mientras la mujer recogía los destrozos, un hombre tocó a la puerta. Al observar por la ventana, se dio cuenta de que era un cobrador, acudía por una cuota de la estatuilla que se acababa de romper, la cual había sacado a crédito. “Sofía, pregúntale por la ventana a ese señor que qué quiere. Si pregunta por mí, le dices que no estoy y que no sabes a qué hora regreso”.

Efectivamente, la infante hizo lo que su mamá ordenó. El recaudador dio media vuelta y se fue. En ambos casos Sofía ocultó la realidad. ¿Es preocupante que mientan los niños?

De acuerdo con la psicóloga Luz Stella del Pino Romero, especialista en orientación profesional y vocacional, la mentira es un mecanismo de defensa que se utiliza con el objetivo de salir bien librados ante un problema que se nos presenta y no sabemos cómo resolverlo o enfrentarlo.

Ante la pregunta, ¿por qué mienten los niños? Del Pino sostuvo que es difícil para padres y familiares entender por qué lo hacen. “Se ha logrado identificar que los pequeños lo hacen por diferentes motivos, entre los que encontramos los mecanismos de defensa, de protección, inseguridad, falta de confianza, vergüenza, miedo o baja autoestima debido a problemas emocionales no resueltos”.

La experta, que pertenece a la Red Nortesantandereana por una Escuela sin Violencia, señaló que los niños empiezan a mentir desde los 5 años, pues el ser humano aprende por imitación y toma como referentes a quienes están a su lado más tiempo, por ello es tan importante no mentir frente a ellos, por pequeña o sencilla que parezca la mentira (negarnos a contestar una llamada, enfrentar una persona….), debido a que los menores observan y aprenden.

Motivos para mentir

Para librarse de un castigo, cuando sabe que hizo algo indebido.

Conseguir algo que quiere o no quiere (manipulación).

Miedo.

Vergüenza.

Necesidad de aparentar (competencia entre pares).

Imitación (padres o cuidadores).

Mantener estabilidad emocional.

Necesidad de ser aceptado y amado.

Dificultad para asumir la realidad (baja autoestima).

Según Luz Stella del Pino, quien también labora en el Colegio General Santander de Villa del Rosario, un niño menor de 5 años que diga mentiras no debe alarmar a los padres, pues lo hace sin intención, porque en él siempre hay una mezcla entre la realidad y la fantasía. Después de esta edad sí debe existir preocupación, de acuerdo con la clase de mentira y la frecuencia con que las dice.

“Si estas no afectan su desarrollo ni la sana convivencia, lo que se está generando es un hábito que debe ser combatido desde el hogar, enfrentándolo a la verdad y la realidad de los hechos, pero si esas mentiras están trayendo consecuencias a los niños o adolescentes, es indispensable buscar ayuda con especialistas para que crezca seguro, sin miedo a ser juzgado o a perder el amor de sus seres queridos”, enfatizó la profesional.

Recalcó que si los infantes tienen clara la importancia de decir la verdad, lograrán crecer en un ambiente sano. La psicóloga destacó que el hábito de engañar influye, generalmente, de manera negativa en su desenvolvimiento en el hogar y la escuela, pues usa el engaño para solucionar cualquier problema.

“Un niño que es abusado dice mentiras, debido a que siente temor de enfrentar esa verdad con sus papás y familia, prefiere mantenerlo oculto. He ahí la importancia de fortalecer la confianza entre padres e hijos”, indicó.

Padres, responsables

“La mayoría de nosotros mentimos con más frecuencia de la que pensamos y pensamos aún menos en qué influencia pueden tener estas mentiras sobe nuestros hijos. La mayoría de padres descubren que no están preparados cuando se enfrentan con la primera mentira grave de su hijo”.

La anterior apreciación es de Paul Ekman, psicólogo estadounidense pionero en el estudio de las emociones y su expresión facial y quien estudió la mentira; es autor del libro ‘Cómo detectar mentiras en los niños’.

Para este especialista, el modelo paterno inapropiado es solo uno de los factores al intentar comprender por qué unos niños mienten más que otros. También juegan un papel importante la personalidad, el ajuste y las amistades del pequeño.

“Si el engaño se convierte en un patrón normal de conducta para su hijo, probablemente haya llegado el momento de descubrir por qué. Una cosa a tener en cuenta es si sus propias acciones animan a su hijo a mentir. ¿Acaso sus reglas son demasiado estrictas? ¿Es usted demasiado protector? ¿Está invadiendo la intimidad de su hijo? ¿Miente usted a menudo en presencia de su hijo, trasmitiéndole así el mensaje de que mentir está bien?”, señala el especialista.

Recomendaciones para los papás

1. La primera y más importante, es ser ejemplo.  Los adultos son los modelos a seguir y los niños son una esponja.

2. El diálogo es fundamental. Esto permitirá fortalecer la confianza y comprender por qué miente.

3. Reaccionar en forma tranquila ante una mentira. Demostrar al niño que sabemos que miente, pero nunca avergonzarlo en público.

4. Responsabilidades. Es relevante hacer que asuma las consecuencias de sus mentiras.

5. No más mentiras. Asegúrese de que su hijo comprenda que usted no aceptará mentiras y por qué.

6. Evite el castigo por mentir, no suele ser efectivo.

Temas del Día