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Los ojos también necesitan hidratarse

Cada vez es más común que los especialistas de salud visual, reciban consulta por enrojecimiento, rasquiña, ardor y escozor.

El 30% de la población consulta por síntomas relacionados con el ojo seco. 

Aunque se ha hablado de las enfermedades visuales que puede ocasionar la luz azul-violeta a largo plazo, poco se sabe de una molestia inmediata que genera, el ojo seco. La mencionada luz-azul generada por el sol y los dispositivos electrónicos es una de sus causantes. 

Cada vez es más común que los especialistas de salud visual, reciban consulta por enrojecimiento, rasquiña, ardor y escozor, síntomas de esta alteración ocular que afecta a un 30% de la población.

‘El ojo seco se presenta cuando no se genera la cantidad suficiente de lágrimas o las que se provocan son de mala calidad. Cuando existe esta alteración, el ojo esta indefenso ante erosiones e infecciones’, comenta Nubia Bejarano, optómetra del Grupo Essilor.

Algunos de los síntomas más frecuentes de ojo seco son: enrojecimiento, irritación, rasquiña, sensación de arena en los ojos, y visión borrosa que puede llegar a ocasionar dolores de cabeza.

De acuerdo con los especialistas del Vision Impact Institute de Essilor, además de la luz azul-violeta, generada por los dispositivos electrónicos, las luces LED e incluso el sol, hay otros factores que pueden producir o agudizar el ojo seco: el envejecimiento, la artritis, el embarazo, los anticonceptivos, la menopausia, vivir en un clima muy seco o con altos niveles de contaminación y el uso de lentes de contacto por largos períodos.


 
Los cuidados comienzan en la juventud
 
Para proteger los ojos de la luz azul nociva y así evitar afecciones como el ojo seco o a largo plazo, la degeneración macular, los expertos  recomiendan:
 
Forzar el parpadeo. Cuando se está mirado a una pantalla, el parpadeo involuntario se reduce, pasando de 18 a 3 parpadeos por minuto.

Tener la pantalla baja para evitar abrir demasiado los ojos, aumentando el riesgo de evaporación de las lágrimas. 
 
Evitar los ambientes en los que no se ventila demasiado y hay calefacción o aire acondicionado de forma constante.
 
Mantener los ojos cerrados durante 20-30 segundos cuando se sienten pesados o hay ardor.

Si con frecuencia, existe sensación de sequedad ocular, se debe visitar al especialista de la visión para que revise la posibilidad de medicar lágrimas artificiales.

Proteger los ojos con lentes que filtran los rayos perjudiciales de luz azul-violeta. Los lentes Eyezen y algunos lentes Crizal cuentan con tecnologías que bloquean la luz azul nociva y, de esta manera, reducen el índice de muerte celular en la retina en un 25%. 

Usar gafas de sol de calidad y con formas envolventes también reduce el riesgo de padecer ojo seco.
 
Incluir frutas y verduras en la dieta, sobre todo aquellas que son ricas en luteína (kiwi, uvas rojas, calabacín), para ayudar a la mácula a absorber la luz azul.
 
Ajustar las pantallas del móvil, el ordenador, etc. a un brillo y contraste medio, que permita ver imágenes y palabras sin forzar la vista.

10 errores a la hora de cambiar de gafas

Con la llegada de nuevos proyectos, un nuevo empleo, inicio de estudios, cientos de personas piensan en renovar su aspecto personal. Según los expertos un gran número de hombres y mujeres deciden cambiar de gafas o incluso deshacerse de ellas porque consideran que les restan belleza de manera que empiezan a utilizar otro estilo de gafas o lentes de contacto, sin los exámenes de rigor y el correcto acompañamiento, lo que se traduce en un riesgo para su salud.  

Es increíble la cantidad de personas que llegan a los consultorios diciendo que pensaban que los lentes de contacto no representaban ningún riesgo o que cambiar de gafas sin acompañamiento de un experto no representaba ningún riesgo. Docenas de personas adquieren estos elementos sin la asesoría previa de un profesional que evalúe su caso. Incluso se reportan casos de infecciones y enfermedades de personas que usan las gafas o los lentes de contacto como parte de un tratamiento médico, pero luego de un tiempo se confían, descuidan su higiene, las revisiones de control o la verificación de fórmula cada año’, explica Elkin Sánchez Montenegro, decano de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de La Salle. 

1.- Usar mal las soluciones de mantenimiento para los lentes de contacto (limpiador, desinfectante y lubricante)

2.- Limpiar las gafas con cualquier trozo de tela que esté cerca (bufanda, blusa, corbata o vestido).

3.- Invertir los lentes de contacto, es decir ponerse mal los lentes en cada ojo, el lente del ojo derecho en el ojo izquierdo y viceversa, la fórmula puede ser diferente para cada ojo. 

4.- La automedicación que lleva a la compra de gafas en la calle. Con esto no sólo se pierde del examen visual, que le permita ver bien, sino que impide que le diagnostiquen algún problema.

5.- Ante las molestias limitarse a la consulta de artículos de internet y no consultar al especialista (optómetra) cuando se tiene dificultades.

6. Las gafas sin fórmula generalmente son estándar para los dos ojos, cuando en realidad casi ninguna persona tiene la misma prescripción en ambos.

7.- Usar los lentes en mal estado (rayados, desportillados, viejos).

8.- Olvidar los controles con el especialista.

9.- Comprar los lentes sin prescripción médica o por internet. Aunque sean solamente por cambiar el color del ojo, debe consultar al especialista. 

10.- Usar los lentes de otra persona, porque usa el mismo color o la misma fórmula. 

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Sábado, 8 de Abril de 2017
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