Andrés González | andres.gonzalez@laopinion.com.co
Samuel Peñaranda, papá de Leidy Mariana Peñaranda, aseguró que luego de reclamarle a su vecino para que quitara la basura de la alcantarilla, este respondió con groserías e insultos.
“Me retiré para evitar un problema, pero luego empezó a gritar a mi esposa y, le dije que yo no era ningún ladrón y me retó a pelear, cuando de repente lanzó un ladrillo que, por fortuna le alcancé a poner la mano, porque de lo contrario mata a mi hija. El ladrillo iba directo a la cabeza”, narró el papá.
Casos de esta índole se han convertido en el común denominador en la convivencia de los ciudadanos, según el reporte de la Policía de Cúcuta.
El comandante operativo de la Policía, coronel Nectón Linconl Borja Miranda, dijo que en lo que va corrido de 2015 se han atendido 6.000 casos de intolerancia que originan riñas en la ciudad.
Asimismo, aseguró que en los primeros tres meses del año se registraron tres homicidios con relación a esta problemática.
Entre los barrios que más quejas han atendido están Belén, Alfonso López, Carora, Policarpa Salavarrieta, Centro, 28 de Febrero, Aeropuerto, Bellavista y El Callejón.
La falta de cultura ciudadana, de respeto y de educación, el mal genio y la ira, son el eje fundamental para que en la sociedad cada día aumenten las discusiones y asciendan a las agresiones verbales y físicas.
No estar de acuerdo con la otra persona, el alto volumen de la música en las casas, cualquier comentario y hasta una mirada generan los actos de intolerancia y violencia en la sociedad cucuteña.
El oficial enfatizó en que, además de las campañas de prevención ciudadana que implementó la institución en la comunidad, se deben ampliar los esfuerzos desde la administración municipal para lograr concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de no trascender esta situación en un problema de inseguridad.
“Estar involucrado en una lesión personal, fácilmente es estar inmerso para que en una fracción de segundos se cometa un homicidio”, advirtió Borja.
Espacios de conciliación
El coronel Borja dijo que luego de atender una riña se puede manejar de dos formas. La primera, consiste en que si la situación no pasa de una agresión verbal, se busca que las partes involucradas logren una conciliación.
Dijo que en el comando de la Policía hay un Centro de Conciliación para aliviar las diferencias entre las personas.
Pero, si la agresión es física y conlleva a un acto violento, la Policía captura a la persona y la deja a disposición de la autoridad competente para solucionar el caso, ya sea de lesiones personales o de homicidio.
Aseguró que generalmente las riñas se presentan entre vecinos, familiares y hasta en amigos.
“Lo grave es que muchas veces resultan heridas personas ajenas a la riña, entre estas niños y ancianos”, dijo Borja.
Cuchillos, machetes, picos de botella y piedras hacen parte del paquete de armas que se usan en una riña.
El oficial recordó que los ciudadanos deben tener claras las reglas de convivencia para generar un entorno de armonía y, por ende, plasmar un escenario de desarrollo en los sectores socioeconómicos.
“Querernos y tener sentido de pertenencia por la ciudad nos permite garantizar un desarrollo sostenible para la sociedad”, dijo.
Para fomentar esta cultura de respeto, la Policía creó las Escuelas de Convivencia y Seguridad Ciudadana, en donde se le brinda a la comunidad espacios para entender cómo comportarse y actuar en la sociedad.
Con las cámaras de seguridad que hoy están ubicadas en los sitios más álgidos en la comisión de delitos, las autoridades establecen un control permanente de la alteración del orden público a lo largo y ancho de Cúcuta.
La Policía considera “preocupante” que se generen estos casos de intolerancia, como ocurrió la semana pasada en Bogotá, donde dos conductores de transporte, uno de servicio escolar y otro del Sistema Integrado se golpearon frente a los niños.
Falta de comunicación
Elizabeth Luna, abogada y experta en resolución de conflictos, explicó que la falta de comunicación y diálogo entre las personas también juegan un papel determinante para que se originen los actos violentos.
La tendencia a solucionar cualquier situación por la vía de los gritos y los golpes es en particular la consecuencia de no tener una comunicación afectiva y social para enfrentar las diferentes situaciones del diario vivir.
Dijo que debido a esta falta de tolerancia se desatan los casos de violencia intrafamiliar, en donde la falta de un acuerdo económico entre las parejas, o en diferentes ocasiones, las infidelidades generan estos hechos violentos que en últimas afectan también a los hijos.
Asimismo, a través de su labor en la Casa de Justicia de la ciudadela La Libertad, emprendió un plan de resolución de conflictos para la convivencia y la reconciliación, en donde aporta a la comunidad un espacio de interacción para mejorar las diferencias sociales y evitar que se tomen acciones violentas.
Dijo que es importante denunciar cualquier situación.
