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Economía
Prointegra culmina con la creación de 351 empresas
Emprendedores del área metropolitana de Cúcuta y Ocaña hicieron parte del programa de la GIZ.
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Daniel Villán Bustamante
Viernes, 16 de Agosto de 2019

Desde el 2015, víctimas del conflicto armado del área metropolitana de Cúcuta y de la provincia de Ocaña han contado con la ayuda de la cooperación alemana para construir sus sueños empresariales.

Este viernes, en el Hotel Bolívar, más de 100 emprendedores del programa de la GIZ se dieron cita para dar a conocer los casos de éxito que dejaron los tres años de trabajo.

Uno de estos proyectos es el de la Cooperativa Fénix, del corregimiento de Palmarito, que tiene 39 asociados y está enfocado en hacer silo y panela con cultivos de caña de la zona.

Antonio Buitrago, líder de la cooperativa, señaló que vieron que en la zona existe la necesidad de los ganaderos de tener silo por la falta de alimento para sus animales en las épocas de verano.

“Los ganaderos tenían que salir de su ganado a muy bajo precio porque no tenían alimento. Por eso, apuntamos a producir silo y melaza, además de la panela”, explicó Buitrago.

Los asociados cuentan cada uno con una hectárea y buscan ampliar el número de miembros de la cooperativa y de tierras.

Frank Faiss, coordinador local de Prointegra, dijo que las microempresas emplearon, además de sus familias, mano de obra en la zona rural y urbana donde están presentes y  que esto es positivo.

“El proyecto sumó en su etapa final a universidades, al Corpas y el Sena para que estas organizaciones continúen apoyando a las familias”, explicó Faiss.

Yamile Jaimes, asesora de la Corporación, fondo de apoyo de empresas asociativas (Corpas), dijo que la entidad acercará créditos a las microempresas para sus necesidades futuras.

Otro caso de éxito de Pronintegra fue la empresa de calzado, Aideshoes, creada por Pablo Amaya, quien vivía en Carmen de Chucurí y por el conflicto llegó al barrio La Pastora, en donde montó su microempresa. “Al principio vendía para Puerto Santander, luego Ocaña y ahora tenemos clientes en Manizales, Palmira y Valledupar”, indicó.

La fábrica de Amaya se enfoca en el calzado de vestir de dama y ha generado tres empleos directos y cuatro en prestación de servicios.

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