La temporada de incendios registrada en estas últimas semanas sería la ‘antesala’ de un nuevo periodo del fenómeno de ‘El Niño’. Las autoridades regionales mantienen la alerta.
La pérdida ambiental que sufre el Tolima a causa de los incendios forestales no es fácil de recuperar, por ello, lo que más lamentan los habitantes de las zonas afectadas, es que en un alto porcentaje, las emergencias fueron provocadas.
Lluvia ‘bendita’
La directora de Gestión del Riesgo del Departamento, Andrea Mayorquín, hizo un balance de los estragos que dejó el fuego en las últimas semanas en Suárez, Purificación, Natagaima, Ortega y Carmen de Apicalá, e indicó que la lluvia del miércoles en la noche fue de gran ayuda para extinguir varias conflagraciones que estaban activas.
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“En total, llevamos en esta temporada de menos lluvias, casi 10 mil hectáreas quemadas en el departamento, (incluida) pérdida de fauna. También, nos ha llegado registro de ganado y caballos quemados.
“Básicamente lo que uno puede ver es que siguen estas acciones y van más allá el incendio, debido a las mal llamadas quemas controladas”, comentó Mayorquín.
El detonante de las emergencias, no solo está relacionado con esta práctica agrícola, pues en inspecciones hechas por los organismos de socorro a las áreas incineradas se han encontrado colillas de cigarrillos.
El Tolima sería uno de los departamentos, a nivel nacional, que más ha registrado incendios forestales, razón por la cual se cuenta con el apoyo de diferentes organismos vía terrestre y aérea.
Para el caso de Natagaima, el coordinador de Gestión del Riesgo, Uldarico Tafur Méndez, indicó que ayer en la tarde se trabajó en el cierre total del incidente y que “gracias a Dios cayó una llovizna en el sector”, lo que permitió a los organismos de socorro junto al Ejército nacional, hacer el control de cenizas, es decir, extinguir por completo los focos calientes y revisar las raíces de los árboles.
El coordinador explicó que se perdió un ecosistema que es visto como un colchón verde en la producción de agua para el acueducto de Natagaima, asimismo, se afectó una zona que era de alimento para el ganado, los ovinos y caprinos.
“Fue mucha fauna la que se ahuyentó y tenemos a la comunidad del cerro de Pacandé conocido como ‘los encostalados’ que se vio afectada por la pérdida de sus cultivos de pancoger”, agregó.
En Ortega, la lluvia también fue clave para extinguir el incendio que se estaba extendiendo por el cerro Los Abechucos, allí se estima que la pérdida estaría cercana a las 700 hectáreas, cifra a la que se le suma las 400 hectáreas que se incineraron entre el cerro Chicuambo y Mesa de Cucuana.
La alerta se mantiene
De otra parte, el Ideam mantiene la alerta roja por probabilidad de incendios en San Luis, Saldaña, Purificación, Prado, Natagaima, Guamo, Flandes, Dolores, Coyaima, Ambalema, Suárez, Espinal y Coello.
Según la Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo del Tolima, se tenía un incendio activo en Carmen de Apicalá en el sector conocido como Peñón Blanco, allí se calcula que la pérdida superaría las 450 hectáreas.
Lo que se debe esperar
Según el Ideam, existe un 70 por ciento de probabilidad que entre octubre y marzo se registre otra vez el fenómeno de ‘El Niño’ y que entre lo que resta de septiembre e inicios de octubre se tendrá una zona neutra, en la que se dará de manera intercalada días de lluvia y de sol.
“Todo tiende a que las altas temperaturas en el Tolima se puedan llegar a consolidar y volvamos a vivir una temporada como la que se evidenció en 2015 y 2016”, explicó Mayorquín. Lo que intranquiliza es que la reciente emergencia en Natagaima fue mayor a la de hace dos años tanto en la magnitud del incendio como en el registro de altas temperaturas.
