Un informe de la Defensoría del Pueblo reveló que el derecho a la salud en Colombia debe prestarse con los estándares y prácticas apropiadas para mejorar los recursos, por lo que hizo un análisis de la calidad de los servicios de urgencias que prestan.
El órgano defensor anunció que la mayoría de usuarios desconocen lo que es pasar por el triage, espacio usado para tomar los signos vitales y recibir atención médica para pasar a la segunda etapa, que es la evaluación del profesional.
Los usuarios que declararon haber pasado por el triage coinciden en que la espera, por lo general, para ser atendido en esta modalidad, oscila entre una hora, en las entidades públicas, mientras que en las IPS privadas, el tiempo suele ser de aproximadamente 48 minutos.
De acuerdo con la Defensoría, en las salas de espera se presentan grandes aglomeraciones de personas, ya que se encuentran usuarios pendientes de la primera valoración y clasificación (triage), de acuerdo con la urgencia que presenta.
En las salas de espera también hay personas aguardando por la atención médica, usuarios pendientes de valoración médica con resultados, usuarios tramitando salida y usuarios que acuden por otros servicios.
En cuanto al área de observación, la Defensoría halló personas en espera de atención no solo en camas y camillas, sino en sillas e incluso en el piso con cartones.
Los principales hallazgos del órgano defensor fueron los siguientes: el 57 % de la ocupación de las camas en el servicio de observación de urgencias correspondían a usuarios con estancia menor a 24 horas y el 43 % a una estancia mayor.
Con relación a los usuarios que se encontraban en camillas, el 55,1 % tenían una estancia menor a 24 horas y el 44,9 % llevaba más de 24 horas en esta condición.
Igualmente, el órgano de control halló ocupación en sillas con estancias menores a 24 horas en un 73,8 %, mientras que los que llevaban más de 24 horas correspondían al 26,2 %. “En esta situación varios usuarios estaban canalizados porque no había camillas suficientes”.
Adicionalmente, la Defensoría halló que 121 usuarios eran atendidos en el piso, de los cuales el 52,1 % tenían estancia en el centro hospitalario, menor a 24 horas y el 47,9 % una estancia superior.
“La superación de la demanda sobre la oferta en los servicios de urgencias conlleva a la insuficiencia de recursos que permitan brindar atención en condiciones de calidad”, dijo la Defensoría.
Señaló que los pacientes que son atendidos en sillas o incluso en el piso, son víctimas de trato indigno y esta práctica deshumaniza los servicios. “Estas situaciones disminuyen el indicador de satisfacción del paciente, repercutiendo en riesgos para el equipo de salud”.
La Defensoría analizó tales situaciones en la región oriental que incluye Arauca y Casanare, la región Central que abarca Bogotá, Cundinamarca y Meta, la Región Occidental que abarca Medellín, Manizales, Ibagué y Neiva. La región Atlántica que vincula a Sucre, Valledupar, Montería, Cartagena, Santa Marta y Riohacha.
