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Bioseguridad y distanciamiento: los mayores retos del volver a clases

El retorno al colegio provocó reacciones divididas en el sector educativo.

Como parte del proceso de reactivación de la vida productiva, el Ministerio de Educación expidió esta semana una directiva que invita a los colegios privados del país a prepararse para un retorno gradual y progresivo de las clases presenciales a partir de agosto.

Según la directiva, la "nueva normalidad" de los colegios deberá funcionar en un esquema de alternancia que combine el trabajo académico presencial y el virtual, desde casa. Un proceso similar seguirán los colegios públicos y las universidades.

La invitación provocó reacciones divididas en el sector educativo desde quienes piensan que es una medida indispensable para no retrasar más el proceso formativo de los niños y los jóvenes, hasta quienes creen que es una responsabilidad y lo que se hace es exponer a los estudiantes y a sus familias al riesgo del contagio.

Pero, ¿cómo pueden funcionar los centros educativos en medio de la pandemia? ¿Es viable este regreso a clases presenciales? ¿Cuáles son los mayores retos que tendrán que enfrentar los centros educativos para operar de esta manera?

"Si bien existe la preocupación de retomar poco a poco la vida y la normalidad, particularmente de las instituciones educativas, no podemos negar que este tipo de iniciativas de alternancia no se pueden hacer sin consultar a los padres de familia. Hay que tener en cuenta que todas las instituciones educativas y privadas deben velar por prestar toda la atención, recursos, instalaciones e infraestructura para desarrollar el proceso académico", afirma Felipe Ortegón, consultor y analista en temas de educación.

Según Ortegón, así como las instituciones educativas tienen limitaciones en materia de tecnología que han dificultado las clases virtuales, las medidas de bioseguridad que van a proteger la salud de los niños y sus familias serían también, más difíciles de garantizar.

"Hay que revisar que los contenidos curriculares, las materias y los horarios en los que sea pertinente ver cada asignatura. Al ir los niños, un día sí y un día no, se corre el riesgo de que se tengan que repetir las lecciones cada dos o tres días, lo que afectaría el calendario académico y se desarrolle con normalidad" explicó.

Para Ortegón, si bien es cierto que la virtualidad no garantiza que haya procesos académicos de acuerdo con el rigor que requieran profesores y estudiantes, particularmente en los primeros cursos de primaria, sería recomendable que el Gobierno Nacional permita el desarrollo de clases de manera virtual en cada una de las materias y hacer refuerzos a los estudiantes desde enero de 2021.

“Pienso que sería irresponsable por parte del Gobierno Nacional una reapertura del sector escolar desde el primero de agosto por medio de la alternancia, porque los niños podrían llegar más atrasados en conocimientos y se expondrían de forma innecesaria al contagio del Covid-19”, recalcó.
Uno de los mayores retos que tendrán los colegios será mantener las normas de distanciamiento, que los estudiantes mantengan los tapabocas y que si comparten elementos como pinceles o bolígrafos, los desinfecten. Para Ortegón, hay un gran riesgo de que los colegios no tengan la infraestructura y el personal suficiente para controlar estas situaciones.

Luz Karime Abadía, codirectora del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana,  asegura que volver la presencialidad con la modalidad de alternancia es complejo. Pese a que se han tomado las medidas de bioseguridad en las instituciones educativas, los padres de familia han manifestado temor de que sus hijos regresen a las aulas, si se toman en cuenta aspectos como la movilidad desde su casa a las escuelas o colegios y viceversa.

“Aspectos como el transporte público y privado, la cantidad de estudiantes por aula, las aglomeraciones en momentos de descanso y el control del contacto físico y el distanciamiento especialmente entre los más pequeños es un gran reto para docentes y padres de familia. El colegio es un lugar de interacción social y para los niños es natural e inevitable el contacto. La alternancia podría dificultar la labor de los docentes quienes recibirían grupos más dispersos, pues las diferencias entre los alumnos que tienen y no tienen computador o internet podrían resultar en que regrese un grupo más atrasado que otro académicamente”, explicó.

Abadía destacó la importancia de la identificación por parte de las secretarías de educación y los colegios, a niños y jóvenes que no contaron con las herramientas tecnológicas y están más rezagados en los objetivos de aprendizaje, para dar un acompañamiento y nivelación intensivos, sin descuidar al resto de estudiantes.

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Colprensa
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Domingo, 7 de Junio de 2020
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