Zenaida Serna Arriaga estaba desaparecida. El cuarto en el que dormía con su marido Miguel Rodríguez Villamil, lleno de manchas de sangre, y una actitud sospechosa por parte de este. Y luego, para rematar, fue hallado un pie flotando en un caño, que con el tiempo se demostró que era de la desaparecida.
Todos esos elementos le indicaron a los familiares de Zenaida que ella estaba muerta y, peor, que su marido tendría que ver con ello.
Su actitud llamó la atención de las autoridades, pues este nunca reportó la desaparición ocurrida el 26 de mayo de 2016, en el barrio El Pozón.
Por el contrario. Le puso una demanda por abandono de hogar.
Descubrimiento
Los días fueron pasando y los familiares de Serna perdían las esperanzas. Y es que la justicia a veces tarda, pero llega. Y eso aplicaría en el caso de Zenaida, a cuyos familiares el tiempo y las indagaciones darían la razón.
Este jueves en la mañana, luego de casi dos años de su muerte, Miguel Rodríguez fue capturado en casa de unos familiares en el barrio El Pozón, tras ser señalado de asesinar y descuartizar a Zenaida.
Efectivos del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía Seccional Bolívar realizaron el operativo. Miguel cayó mediante una orden de captura conseguida por un fiscal ante un juez de garantías.
“Esperamos una condena y que le den la pena máxima, porque no entendemos cómo hizo algo tan cruel con Zenaida. Como el hecho ocurrió hace tanto tiempo, temíamos que no se hiciera justicia, pero ahora con su captura tenemos un poco de respiro. Esto apenas comienza, porque ahora viene todo un proceso”, indicó Amparo Muñoz Álvarez, sobrina de Zenaida.
Lo veían salir
Zenaida Serna nació en Turbo, Antioquia. A temprana edad se vino a Cartagena y conoció a un hombre con el que tuvo un hijo.
Pero, esa relación terminó. Los años fueron pasando y Zenaida conoció a Miguel. Vivía con este en la calle Primero de Mayo de El Pozón, donde levantó su casa a fuerza de su trabajo como manipuladora de alimentos en una empresa en Mamonal.
En el 2017, a sus 55 años, solo esperaba un año para pensionarse. Sus parientes contaron que esperaba que ello sucediera para irse a vivir con familiares en Cúcuta. Tenía decidido terminar su relación con Miguel, pues decía que este la maltrataba.
Pero, el 26 de mayo sus planes se fueron a la nada. Ese día trabajó y en la tarde regresó a su hogar. La vieron entrar, pero nunca salió. Al día siguiente, al ver que no había ido a trabajar, sus compañeras se preocuparon, pues decían que nunca se ausentaba. Solo si le pasaba algo grave.
