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Colombia traza el camino para la transición energética limpia

El principal problema está en garantizar el servicio para 1,5 millones de ciudadanos.

El país está ante un cambio importante: fijar las bases para que la transición energética se dé sin mayores traumatismos y en el menor tiempo posible. Descarbonizar a Colombia es una de las tareas arduas en los próximos años, de ahí que la Misión de Transformación Energética haya dado las bases para ese cambio.

20 expertos (entre ellos 10 internacionales) entregaron las recomendaciones al Gobierno para empezar a liderar la transición, que es uno de los puntos más importantes incluidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), fijados por la ONU.

Fueron cinco los focos sobre los cuales los analistas dieron recomendaciones para hacer del segmento algo más funcional: competitividad, rol del gas natural, gestión eficiente de la demanda, el cierre de la brecha en cobertura y calidad, y la revisión del marco institucional.

El principal problema, concuerdan los expertos, está en saber cómo garantizar el servicio para cerca de 1,5 millones de colombianos que no tienen acceso a energía eléctrica (según datos del Ministerio de Minas y Energía).

En ese sentido, Pablo Corredor, uno de los expertos del foco de competitividad, aseguró que es importante que se “revise la fórmula tarifaria, que se mire cómo se está traspasando el precio del usuario final, y así mismo que haya un suministro más eficiente”.

El papel del gas

Pero otro de los puntos sobre los cuales la Misión cree que se puede sustentar esa transformación es el papel que jugará el gas como material para llegar a esa última milla que en Colombia todavía no tiene acceso a energía. Sin embargo, el nerviosismo por el desabastecimiento de ese combustible pone un palo en la rueda.

“Tenemos proyecciones de demanda de crecimiento del 1 % anual, que es mediocre. El problema está en que no hay una oferta de mediano plazo garantizada, por eso es fundamental que el país cuente con una cantidad plena, con horizonte de 10 años. Lo cierto es que vemos un déficit de gas a finales de 2023. A menos de que se destrabe el fracking o aparezcan más reservas esa tendencia se va a mantener”, explicó Carmenza Chahín, ingeniera eléctrica partícipe de la Misión.

Cambios en tarifas

Una vez garantizado el suministro, el paso siguiente es saber cómo las nuevas fuentes de energía (agua, sol, aire, gas) pueden transformar de manera profunda, entre otras, la forma como se cobra por el servicio en Colombia.

Carlos Beattle, líder del grupo de regulación que estudió la descentralización del sistema energético, dijo que con la aparición de esas nuevas fuentes hay que preguntarse si “¿es justo que se pague un único precio durante todo un mes? No lo es. Se puede hacer algo más con las tarifas que se están cobrando, usando contadores avanzados para saber el consumo exacto”.

Para el experto esa modificación es fundamental en la medida en que se entienda que sí deben existir cobros regulares –correspondientes al los costos de funcionamiento de las empresas que se encargan de prestar el servicio– y que en todo caso el cambio se haga transitoriamente.

Apostar por otra regulación

Pero estas modificaciones suponen, entre muchos otros, un nuevo marco regulatorio, una hoja de ruta por la cual las empresas sabrán operar en Colombia, teniendo en cuenta que la manera como se trabaja con energías tradicionales es muy diferente a la que tiene como base a las renovables.

“Se necesita un modelo de negocio escalable. Por eso el marco regulatorio requiere ser entendido como una planificación integrada. Esto quiere decir que también es muy importante que entren en marcha avances computacionales y de tecnología”, explicó Ignacio Pérez Arriaga, PhD en ingeniería eléctrica y miembro de la comisión que estudió un nuevo marco regulatorio.

Pérez añadió que en ese nuevo esquema es fundamental definir las zonas para subastar energías no convencionales y de esta manera garantizar que exista más cobertura en el país con estas nuevas fuentes generadoras (ver Opinión).

A generar ganancias

Al sector le queda la tarea de convertirse en un negocio rentable, pues a juicio de la Misión en este momento no lo es. Ese fenómeno se explica porque lo que se requiere, por ahora, es garantizar la cobertura en Colombia.

Marcela Eslava, PhD en economía y una de las encargadas del estudio del cierre de brechas, añadió que el fondo de solidaridad no tiene focalizados sus esfuerzos, pues el 90 % de los hogares residenciales tienen subsidios para el pago de energía, hogares que corresponden a los estratos 1, 2 y 3.

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Colprensa
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Miércoles, 29 de Enero de 2020
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