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Colombia
Con el hermano de Piedad ya son 17 las extradiciones firmadas en 30 días
Córdoba se había aliado con emisarios de carteles mexicanos y miembros de las disidencias de las Farc
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Colprensa
Colprensa
Jueves, 8 de Septiembre de 2022

La presunta alianza entre Álvaro Córdoba –el hermano de la senadora Piedad Córdoba– con las disidencias de las Farc para enviar cocaína a las costas de Estados Unidos impulsó al presidente Gustavo Petro a firmar su extradición. Con este, ya son 17 los avales que da el Gobierno en sus primeros 30 días para enviar a señalados delincuentes a suelo estadounidense.

Este visto bueno del primer mandatario revive hechos polémicos de la campaña y le da un nuevo ingrediente al debate en torno a la paz total que propone, y que tiene como uno de sus ejes frenar las extradiciones de narcos que negocien con el Estado.

Por un lado, recuerda uno de los hechos más polémicos de la campaña presidencial: cuando Córdoba fue vista visitando la cárcel La Picota, en Bogotá. En ese entonces, hubo voces que la señalaron de reunirse con más extraditables.


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De este mismo escándalo salieron los cuestionamientos al hermano del presidente, Juan Fernando Petro, quien se reunió con varios condenados por corrupción y estuvo hablando del llamado “perdón social”.

También revive otro episodio de la campaña electoral antes de que se llevara a cabo la primera vuelta. Al excandidato a la Presidencia, Federico Gutiérrez le dieron la posibilidad de hacerle una sola pregunta al actual jefe de Estado.

“Si llega un pedido de extradición de Piedad Córdoba, la senadora que hiciste elegir, ¿la extraditarías?”, preguntó Gutiérrez. Petro contestó con un monosílabo. “Sí”, dijo sin dar mayores detalles, ni explicaciones.

La decisión de Petro también fue una muestra de que la coordinación judicial entre Estados Unidos y Colombia marcha viento en popa: ya van 17 extradiciones en el primer mes de Gobierno.


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Petro está cumpliendo a carta cabal el vigente tratado de extradición, pese a que ha mostrado voluntad política para modificarlo en aras de impulsar su proyecto de “paz total”.

De hecho, en varias ocasiones mostró intenciones de poner este tema en la discusión bilateral con Estados Unidos. Su idea es que los narcotraficantes que decidan acogerse a la justicia colombiana no sean sometidos al mecanismo de extradición.

“Lo que les propusimos es: narcotraficante que no negocie con el Estado, se va extraditado; narcotraficante que negocie con el Estado y reincida se va extraditado, sin ningún tipo de negociación, a los Estados Unidos”, dijo el mandatario en una intervención pública.

La génesis del proceso

El preludio de la caída de Córdoba se dio el 31 de enero de este año. Ese día la Embajada de Estados Unidos en Colombia les envió una nota verbal a las autoridades colombianas pidiéndoles que detuvieran provisionalmente a Córdoba.

En esa misma fecha el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, ordenó que Córdoba fuera capturado. Tan solo 48 horas después, el 2 de febrero, un policía le estaba leyendo los derechos y los cargos en plena vía pública del sur de Medellín.

Con él, también detuvieron a un hombre llamado Alberto Jaramillo y a Libia Palacio, conocida con el alias de Amanda y señalada de ser la cabecilla de una red delincuencial internacional.

Una vez capturado, Córdoba fue enviado a Bogotá, donde se cruzó brevemente con Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, el máximo jefe del Clan del Golfo. Otoniel estaba, igual que Córdoba, esperando a que se adelantara su proceso de extradición.

Los estadounidenses querían al hermano de Piedad Córdoba en su territorio para que pagara por tres delitos: “concierto para importar narcóticos, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos y concierto para poseer ametralladoras y dispositivos destructivos”.


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De acuerdo con las autoridades judiciales de ese país, Córdoba se había aliado con emisarios de carteles mexicanos y miembros de las disidencias de las Farc que estaban bajo las órdenes del ya fallecido Gentil Duarte para enviar cocaína hacia Estados Unidos. Incluso advirtieron que habría usado una aeronave con matrícula estadounidense para ese fin.

Sin embargo, cuando le dio luz verde a su extradición, la Corte Suprema de Justicia dejó claro que solo sería por el delito de narcotráfico, pues no encontró méritos suficientes para que pagara por las demás actividades ilícitas, aunque le pidió a la Fiscalía colombiana que las investigara.

¿Qué sigue en el caso?

Aún faltan pasos para que Córdoba sea extraditado. Sus abogados deben recibir la notificación del acto administrativo que avaló la extradición y, contando desde el día siguiente, tendrán 10 días hábiles para presentar un recurso de reposición.

En caso de que esa reposición sea rechazada, la extradición quedaría en firme y solo faltará que la Cancillería confirme con el Gobierno estadounidense que todos los derechos de Córdoba será debidamente respetados durante su cautiverio.

Será entonces cuando el hermano de una de las senadoras de la coalición de Gobierno no tenga otra salida que ir a pagar sus culpas a Estados Unidos.

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