No alcanzaron a transcurrir 24 horas desde que se dio por terminado el histórico cese bilateral del fuego entre la Fuerza Pública y el Eln, y los integrantes de esta guerrilla reanudaron con toda sus acciones armadas, estallando consigo una delicada crisis en el proceso de diálogos que se desarrolla en Quito (Ecuador).
Pese a que el fin de la tregua llegó rodeado de esperanza, por las posibilidades de que en el inicio del quinto ciclo de conversaciones, que empezaba el miércoles, se lograra negociar un nuevo acuerdo que permitiera prorrogar el congelamiento de la confrontación, varios ataques perpetrados durante la madrugada contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas en Arauca, Boyacá y Casanare llevaron al presidente Juan Manuel Santos a llamar a consultas a sus negociadores.
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“El Gobierno Nacional deplora la decisión del Eln de reanudar sus ataques terroristas contra la población civil, las Fuerzas Armadas y la infraestructura. Ante esta situación, he conversado con el jefe de la delegación del Gobierno en Quito, doctor Gustavo Bell, para que regrese de inmediato para evaluar el futuro del proceso”, fue la declaración con la que el jefe de Estado sorprendió muy temprano al país.
Y es que la reacción de la ahora principal guerrilla del país, después de los 101 días que mantuvo silenciados sus fusiles, fue calificada como contradictoria, toda vez que el martes, el jefe de la delegación del Eln, Pablo Beltrán, había manifestado la intención de ese grupo de procurar porque el cese continuara y evitar un “escalamiento de las ofensivas”.
No obstante, la respuesta ayer fue otra, y en tan solo unas cuantas horas, miembros del grupo armado ilegal se volvieron a ensañar contra la infraestructura petrolera.
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Según informó Ecopetrol, el primer hecho se registró en la vereda La Cañaguata, Boyacá, a unos pocos metros de la vía La Soberanía.
Otros dos ataques se reportaron en las veredas La Granada y Miramar, en el municipio de Saravena (Arauca). El crudo que se derramó quedó contenido en el cráter que dejó la explosión.
El otro atentado tuvo lugar en la vereda Volcán Blanco, del municipio de Aguazul, en Casanare. Por este hecho fue necesario suspender el bombeo y alertar a las comunidades de la zona sobre las medidas preventivas que se deben tomar por los riesgos de una posible fuga de crudo y gas.
En vista de lo sucedido, el presidente les ordenó a las Fuerzas Armadas “actuar con contundencia para responder a esta agresión y proteger la vida y honra de los colombianos”.
Santos reiteró que la voluntad de ampliar el cese el fuego siempre se le hizo saber al Eln y así se lo reiteraron en los últimos días, por lo que calificó como “inexplicable” que justo el mismo día en que se iniciaba el nuevo ciclo de conversaciones, la guerrilla haya reanudado de la forma en que lo hizo, sus acciones.
“Mi compromiso con la paz ha sido y será indeclinable, pero a la paz se llega con voluntad y hechos concretos de paz, no solo con palabras”, dijo el presidente.
Preocupación en Norte de Santander
Después de la calma que durante tres meses se vivió en departamentos como Norte de Santander y otros en donde la guerrilla del Eln tiene una fuerte influencia, la tensión y la zozobra volvieron a aparecer ayer, por cuenta del regreso de los atentados.
La incertidumbre se acrecentó a raíz de la advertencia hecha por el gobierno de los Estados Unidos a sus ciudadanos, de evitar viajar a regiones como esta, en razón a los crímenes y otras actividades delictivas cometidas por la guerrilla del Eln.
“Las actividades delictivas organizadas, como la extorsión, el robo y el secuestro para obtener un rescate, están muy extendidas. Una organización terrorista, el Ejército de Liberación Nacional (Eln), sigue planeando posibles ataques en Colombia”, señala un comunicado del Departamento de Estado.
Días atrás, diferentes organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos, llamaron la atención tanto del presidente como del jefe del Eln, sobre las consecuencias que puede traer para Norte de Santander la no continuidad del cese el fuego.
“(...) a nuestro departamento le esperarían días de incertidumbre, que estarían relacionados con enfrentamientos, emboscadas, toma de pueblos, desplazamientos, amenazas entre otros hechos”, manifestaron los autores de la carta enviada a Juan Manuel Santos y Nicolás Rodríguez Bautista, Gabino.
