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Colombia
Eje Cafetero: un viaje en el tiempo, lleno de tradición
Filandia y  Quimbaya son los destinos ideales para quien desea adentrarse en una aventura cafetera. 
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Jeider Rúa Giraldo
Viernes, 7 de Septiembre de 2018

El Eje Cafetero, aunque a cientos de kilómetros de la región nortesantandereana, sigue siendo uno de los destinos predilectos para desconectarse de la ajetreada rutina fronteriza. 

Viajar a la colorida y pintoresca zona del centro del país es también evocar nuestras raíces, esas que empezaron a abrirse camino hace más de 200 años cuando, en Salazar de las Palmas, el Padre bogotano Francisco Romero trajo el café a Colombia. 

Por años se extendió por el territorio nacional buscando el mejor suelo. Pero, fue en los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda, Antioquia y Valle del Cauca, donde encontró el mejor lecho. 

Hoy, después de décadas y décadas de jalonar la economía del país con el grano bendito, esta región andina se ha convertido en un verdadero atractivo tanto para visitantes extranjeros como para locales.

Esta misma condición llevó a la Unesco, en 2011, a declarar a esta región (Paisaje Cultural Cafetero), conformada por 46 municipios y 411 veredas, como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Eso significó un impulso extra para fomentar el turismo en una zona en la que se respira tradición. 

Es fácil estar en el casco urbano de alguno de sus municipios y, tan solo en unos minutos, encontrarse en otro mundo, uno lleno de matas de café, de plátano y de arrieros con más de dos mulas por caminos de herradura. Todo un viaje en el tiempo.

Es por eso que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a través del Fondo Nacional de Turismo, Fontur, ha querido impulsar esta zona con su inversión, sobre todo en algunas de las poblaciones que no están en el radar de todos los visitantes.  

Amor por lo tradicional  

El Paisaje Cultural Cafetero (PCC) es precisamente conservado para recordar las raíces, por lo que lo simple y lo autóctono de la región es lo que llama la atención. Y eso es lo que se vive en municipios como Filandia (Quindío), Quimbaya (Quindío) y El Cairo (Valle del Cauca), donde sus fachadas coloridas y sus calles angostas hacen pensar que el reloj se detuvo. Los transportes típicos veredales siguen siendo las escaleras (chivas) y los camperos ochenteros; esto y la gastronomía tradicional se combinan para, en armonía, hacer que el visitante no quiera salir de allí.

Filandia y sus cesteros (personas que se dedican a elaborar artesanalmente canastos), Quimbaya y sus arrieros, y El Cairo con su sentido de biodiversidad son los destinos ideales para quien desea adentrarse en una aventura cafetera.

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