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Colombia
‘El Monstruo de Monserrate’: La mente de un asesino y una tragedia social
Fredy Armando Valencia Vargas, un habitante de calle en Bogotá que confesó haber asesinado a 16 mujeres.
Sábado, 5 de Diciembre de 2015

A lo largo de esta semana el país se estremeció con el caso de Fredy Armando Valencia Vargas, ‘El Monstruo de Monserrate’, un asesino que convencía a sus víctimas de hospedarse en su cambuche ubicado en el cerro La Paz, al lado del cerro más emblemático de Bogotá, para luego pedirles favores sexuales y, en caso de no acceder, asfixiarlas, violarlas, descuartizarlas y sepultarlas en la basura. 

El caso llama la atención no solo por la atrocidad y modalidad del crimen, el cual se asemeja a una película de terror, sino también por el tiempo que duró este hombre cometiendo los asesinatos sin ser descubierto, operando en uno de los lugares más concurridos de Bogotá, al lado de la Avenida Circunvalar, donde pasa hasta la caravana presidencial cada día. 

El caso

El sábado 28 de noviembre, gracias a la mascota de una familia de recicladores, se destapó el olor fétido que daría la alerta de que algo andaba mal en el cerro La Paz, ubicado al lado de Monserrate, justo arriba del semáforo de la Avenida Circunvalar, a la altura de la calle 21 y abajo de la Carrera 3 este. 

La madre de dicha familia, que prefirió no ser identificada, les indicó a los investigadores que ella y su familia llegaron a la zona del cerro de Monserrate el pasado 22 de noviembre buscando un sitio dónde vivir. Cuando hicieron contacto con Valencia les exigió el pago de 10 mil pesos diarios por habitar el espacio; la familia accedió pero encontraron grandes tumultos de basura, la cual removieron y en donde su perro empezó a olfatear. 

La familia alertó a autoridades, que empezaron a encontrar los restos en descomposición de un par de personas. El caso se dio a conocer el día martes, cuando se logró la captura de Fredy Armando Valencia Vargas, un hombre de 33 años que aseguraba ser el dueño del terreno donde se hallaron los cadáveres de siete mujeres. 

Según la Fiscalía, otros habitantes de cambuches ubicados en el mismo cerro señalaron a Valencia como el responsable de los cadáveres que se estaban encontrando. Para ese día, Freddy admitió haber asesinado a una de las mujeres, sin embargo, hasta ese momento ya se habían hallado siete cuerpos, pertenecientes a mujeres habitantes de calle y en su mayoría entre los 18 y 22 años. 

Las excavaciones continuaron y mientras la Sijín sacaba las más de tres toneladas de basura en la que Valencia sepultaba a sus víctimas, el día miércoles el implicado aceptó acordarse de haber asesinado a las siete mujeres halladas. Un día después, para la mañana del jueves, ya se habían encontrado ocho cadáveres. 

En interrogatorio, el capturado le manifestó a la Fiscalía que él mantenía encuentros con mujeres que conseguía en la calle y que veía necesitadas o que estaban buscando comida en las basuras. 

“A ellas les regalaba ropa, dinero, joyas, pegante o vicio a cambio de tener sexo, y a las que no cumplían la palabra terminaba matándolas, además de que con algunas de ellas ya estando muertas tenía relaciones sexuales”, aseguró Valencia a la Fiscalía. 

Las autoridades que han logrado hablar con el sujeto aseguraron que el hombre habla muy bien y articula una conversación fluida, “no como cualquier indigente”. 

Después de esta primera confesión, oficiales de la Sijín aseguraron que en la zona iban a encontrar más cuerpos, así que gracias a que el ahora llamado ‘Monstruo de Monserrate’ accedió a indicar dónde tenía ocultos más restos, lo llevaron al lugar, en el cual solo señaló uno más, ubicado debajo de un tapete. Para el día viernes ya se habían encontrado nueve cadáveres completos, todos pertenecientes a mujeres, además de un torso sin identificar y una pierna. 

Luego de esto, Valencia Vargas indicó que en la zona hay ocultos siete cadáveres más. Confesó que a todas las mujeres las mató porque “no le cumplían”. 

El perfil criminal de un asesino en serie

Las investigaciones de la policía han mostrado que Fredy Armando Valencia Vargas era un estudiante universitario. El hombre asegura que a los 19 años se volvió drogadicto, debido a la muerte de su madre y el abandono de su compañera sentimental. Sin embargo, su padre ha dicho que desde muy temprana edad se mostraba violento, tanto así que en el colegio donde estudiaba le sugirieron inscribirlo en cursos de artes marciales. 

Esteban Cruz, experto en este tipo de crímenes, explicó las características de este confeso asesino y los hechos, exponiendo desde un inicio que este caso no es aislado y tampoco nuevo en nuestro país. Señalando características como la misoginia (odio a las mujeres), tratar como objetos a las víctimas y no sentir culpa al justificar sus actos, son comunes en asesinos en serie como Valencia. 

La psicopatía es transversal a la mayoría de estos sujetos, así pues, son manipuladores y demagogos, además no sienten culpa, ni miedo. Cruz muestra cómo Valencia lograba manipular a sus víctimas, darles paseos por el centro de la ciudad y convencerlas de llegar hasta su cambuche; además, cómo empieza a cambiar su discurso e intenta manipular a las autoridades con sus declaraciones. “Así como han aparecido muchos cadáveres, es probable que aparezcan muchísimos más, esta es la forma como actúan este tipo de personajes”, explica el experto. 

“Este tipo de estafa y treta se asemeja a la de psicópatas como Ted Bundy en Estados Unidos, que también violaba mujeres y era una persona muy hábil con la palabra a la hora de manipular”, menciona Cruz. 

No tenerle miedo al castigo, ni sentir culpa por sus crímenes, es otro de los factores que comparte el ‘Monstruo de Monserrate’ con otros asesinos.

Cuando se escuchan las declaraciones del hombre, este las hace con la mayor naturalidad del caso: “Yo las trato como princesas, les doy basuco o marihuana, trago y a veces más regalos, pero cuando ellas no me cumplen (satisfacen sus deseos sexuales), me da rabia y las ahorco”. Además de hablar con naturalidad, Valencia ve su acto como algo totalmente justificado. Valencia, al igual que los psicópatas y asesinos en serie, ven a sus víctimas como cosas sin vida ni conciencia. 

Si nos preguntamos de dónde viene la psicopatía del asesino, podemos rastrear muchos elementos. Miguel Pérez, psiquiatra, comenta que en muchos casos las personas viven con aberraciones sexuales producidas por sus vivencias en la infancia, que pueden ser controladas con terapias e incluso con educación. Sin embargo, el problema llega cuando se convierte en un asusto psiquiátrico, y la mayoría de personas que entran en drogadicción, especialmente con el consumo de basuco, empiezan a sufrir de psicopatía (un desorden psiquiátrico). 

Pérez muestra cómo para la ciencia no sería raro que Valencia culpe de sus actos a voces que escucha y que le ordenan cosas. Además, se puede encontrar en este problema un comportamiento asocial, donde el psicópata se relaciona con sus víctimas de un modo, pero con el resto de la sociedad es totalmente apático y hostil (como lo era con sus ‘inquilinos’). 

“El egocentrismo es otra de las características que vemos en este hombre, se adjudica un terreno como propio, asegura que las mujeres le deben algo y que las trata bien, que merece los favores sexuales que espera recibir”, explica Pérez. Agrega, además, que en las personas que consumen basuco el comportamiento esquizofrénico es muy común y casi generalizado. 

Otros asesinos en serie colombianos

- Pedro Alonso López (‘Monstruo de los Andes’): considerado por muchos criminólogos como el peor asesino en serie de la historia, violó y mató a más de 300 niñas; actualmente se desconoce su paradero. 

- Daniel Camargo Barbosa (‘Sádico del Charquito’): asesinó a más de 150 mujeres en Colombia, Brasil y Ecuador. Escapó de la Isla Gorgona. Hablaba perfectamente inglés y portugués. 

- Luis Alfredo Garavito Cubillos (‘Garavito’): un personaje nefasto en la historia de Colombia, un peligro para la sociedad. Se cree que asesinó y violó a 197 niños. 

- Nepomuceno Matallana (‘Doctor Mata’): un criminal que paralizó al país durante los años 40 del Siglo XX. Se cree que estafó y asesinó a más de 20 personas. Se hacía pasar por abogado y logró codearse con la aristocracia bogotana. 

- Manuel Octavio Bermúdez (‘Monstruo de los cañaduzales’): fue capturado en el Valle del Cauca a comienzos de este siglo, mientras vendía paletas en los parques infantiles. Asesinó a más de 20 niños; podría quedar en libertad en menos de 10 años.

*Bogotá | Colprensa

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