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Colombia
El trabajo infantil, la nueva forma de esclavitud
Cúcuta es la ciudad, entre las capitales con más niños trabajadores.
Sábado, 18 de Junio de 2016

Ciento sesenta y ocho millones de niños trabajan en el mundo y la mitad – 84 millones – lo hacen en condiciones de extremo peligro. En Colombia, el trabajo infantil lo desempeñan 1.018.000 menores, el 9,1 por ciento de la tasa nacional.

Cúcuta es la tercera ciudad del país con más niños trabajando, según una investigación del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario. El primer lugar lo ocupa Sincelejo y el segundo Neiva.

El más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) registra una disminución de un tercio de niños trabajadores desde el año 2000, pasando de 246 millones a 168 millones.

Según la OIT, la región de Asia y el Pacífico continúa registrando el número más alto de niños trabajadores (casi 78 millones o 9,3% de la población infantil), pero el África Sub-sahariana sigue siendo la región con la más alta incidencia de trabajo infantil (59 millones, más del 21%).

En América Latina y el Caribe, existen 13 millones (8,8%) de niños en situación de trabajo infantil, mientras que en la región del Medio Oriente y África del Norte hay 9,2 millones (8,4%).

Se registró una disminución del 40% del trabajo infantil en las niñas desde el año 2000, mientras que en los niños la disminución fue del 25%.
 
Panorama preocupante

Aunque en Colombia se puede apreciar una baja del 2% con respecto a la del 2014, resulta preocupante el aumento de la tasa de trabajo infantil rural, que alcanza el 15,6%, señala el estudio Erradicación del Trabajo Infantil: Panorama y Perspectivas en Colombia 2016, de los investigadores Iván Daniel Jaramillo Jassir y Paola Andrea Peña Barbosa. También en el mundo, según los informes de la OIT y de organizaciones no gubernamentales, se mantiene la tendencia de crecimiento del trabajo infantil en las zonas rurales.

Esto representa un desafío en materia de promoción y prevención y el diseño de un sistema eficiente de inspección, vigilancia y control agrarios.

¿Por qué lo hacen?

Entre las principales razones por las que trabajan los niños en Colombia, el informe de la Universidad del Rosario establece que el 39% lo hace porque le gusta trabajar; el 34% porque debe participar en la actividad económica de la familia; el 12% porque el trabajo lo forma, lo hace honrado y lo aleja de los vicios; y el 11% porque debe ayudar con los gastos de la casa y a costearse su estudio.

Iván Daniel Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral, explicó que son varias las actividades en las que trabajan los niños en nuestro país. El 36% se desempeña en agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza; el 35% en temas que atañen al comercio, hoteles y restaurantes; el 13% en la industria manufacturera y el 8% a servicios comunales, sociales y personales, comentó.

Sincelejo, Neiva y Cúcuta

Paola Andrea Peña, investigadora de la Universidad del Rosario, dijo que el trabajo infantil se evidencia con un mayor porcentaje en Sincelejo, con un 16,8%; seguida por Neiva con el 13,9% y Cúcuta con el 12,5%. Cabe destacar que Popayán es la ciudad con menor participación, con una tasa de 2,6%.

Según la investigadora, en materia de inspección, vigilancia y control existe un déficit en materia rural y las autorizaciones de trabajo a menores de edad representan un porcentaje bajo frente a la tasa de trabajo infantil reportada.

Los investigadores Jaramillo y Peña recomiendan promover una educación de calidad, como uno de los principales factores que contribuirían a la erradicación del trabajo infantil. Es importante garantizar el acceso gratuito a la educación básica mediante políticas eficientes, promover el acceso a la educación de calidad e invertir en la formación del personal docente. Consideran conveniente diseñar políticas diferenciales para la abolición del trabajo infantil en materia urbana y rural.

El trabajo infantil condena a los niños perder su libertad, a no tener infancia, a dejar de lado sus estudios y les genera un precario e inconveniente desarrollo físico y mental. Las causas culturales del trabajo infantil identificadas deben ser corregidas a través de políticas de promoción y prevención que sensibilicen sobre los efectos nocivos de pobreza cíclica.

Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), en Colombia hay una estrecha relación entre el trabajo y la ausencia escolar. Esta misma entidad manifestó que el porcentaje de menores que no asiste al colegio se ha incrementado. Además, en el país no se tiene las cifras precisas del reclutamiento de menores durante el conflicto armado.

Las peores formas

Aunque el trabajo infantil adopta muchas formas diferentes, una prioridad es la eliminación inmediata de sus peores formas de trabajo infantil, según la definición del Artículo 3 del Convenio 182 de la OIT:

a) Todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados;

b) La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas;

c) La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y;

d) El trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños.

Definición del trabajo infantil

No todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar. Por lo general, la participación de los niños o los adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva.

Entre otras actividades, cabe citar la ayuda que prestan a sus padres en el hogar, la colaboración en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo.

Este tipo de actividades son provechosas para el desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia; les proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayuda a prepararse para ser miembros productivos de la sociedad en la edad adulta. El término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.

Así pues, se alude al trabajo que:

Es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño.

Interfiere con su escolarización puesto que:

Les priva de la posibilidad de asistir a clases;

Les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o

Les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que consume mucho tiempo.

Situaciones de peligro

En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o abandonados a su suerte en las calles de grandes ciudades (con frecuencia a una edad muy temprana). Cuándo calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica dependerá de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, las condiciones en que lo realiza, y los objetivos que persigue cada país. La respuesta varía de un país a otro y entre uno y otro sector.

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