Con fe y confiada permanecieron la familia y amigos de Johana Milena Ospina, a quien la vida la enfrentó a una prueba, al ser confundida con una guerrillera del Eln y terminar en una cárcel de Bogotá.
Días de angustia y desespero vivió ella al interior de la penitenciaría El Buen Pastor, adonde fue enviada por un juez por requerimiento de la Fiscalía.
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Todo empezó a finales de mayo, cuando Ospina, ingeniera civil, tenía un viaje a Aruba, donde un grupo de amigas le haría la despedida de soltera, porque justamente este mes se casaba.
Todo estaba listo para salir del país, por lo que se desplazó hasta el aeropuerto Eldorado, pero allí fue abordada por agentes de la Policía que le notificaron que era requerida por una Fiscalía Especializada de Medellín, por el delito de secuestro extorsivo.
En consecuencia, fue conducida a la Fiscalía y luego ante un Juez de control de garantías.
Desde el inicio, Ospina y su abogado dijeron que todo era una confusión.
En su momento, Óscar Armando Ospina, su hermano, dijo que conocieron un informe de 2002 en el que se identificó a una persona llamada Johana Milena Ospina con un alias de quien existe una foto, que “no se parece a mi hermana, entre otras fallas que encontramos”.
No obstante, pese a las anotaciones antes expuestas se siguió el proceso contra la mujer y por varios días estuvo detenida.
Tras demostrar con argumentos que existía el error, el Juez ordenó la libertad de la mujer, quien salió de la cárcel el martes.
Óscar Armando Ospina aseguró que ahora continúa la investigación, con tal de establecer por qué sucedió tal error.
