Las prendas de vestir que portaba un cadáver hallado el pasado viernes cuando flotaba en las aguas del embalse Topocoro, en Santander, fueron la pieza clave que permitió a sus familiares lograr su identificación.
Se trataba de John Fredy Hernández Hernández, de 37 años de edad y quien en vida era un comerciante residente en el barrio La Trinidad de Floridablanca.
Según allegados al occiso, la última vez que vieron a Pajarero, como era conocido este hombre, fue el pasado miércoles 27 de febrero cuando se movilizaba en un automóvil de su propiedad, el cual aún no aparece.
Pese a la intensa búsqueda, que se prolongó durante cuatro días, los familiares y amigos de John Fredy no volvieron a tener noticias de su paradero, hasta que el pasado domingo a través de medios de comunicación impresos se enteraron sobre el hallazgo de un cuerpo sin vida en el embalse.
La información sobre la vestimenta del mencionado cadáver y sus características hacían pensar que posiblemente se podría tratar del comerciante. Fue entonces cuando los allegados a Hernández Hernández se acercaron a la morgue de Medicina Legal, seccional Bucaramanga, en donde tras indagaciones los expertos forenses lograron establecer su plena identidad.