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La unidad de búsqueda de desaparecidos reclama apoyo político y económico

 Luz Marina Monzón dijo que este proceso definirá el universo de personas que se buscarán.

La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas que se creó en el Acuerdo de Paz alcanzado con las Farc está dirigida por Luz Marina Monzón, quien fue elegida en el cargo en septiembre del año pasado y a la fecha no se ha posesionado porque la entidad, como tal, no se ha podido crear.

En entrevista con Colprensa, Monzón explica que, si bien el Ministerio de Justicia le entregó unos proyectos de decretos y un estudio técnico sobre lo que debería ser la Unidad para su aprobación, ella no es experta en temas administrativos y de función pública, por lo cual se necesita un recurso técnico que hasta el momento no tiene.

El asunto es crucial porque este proceso definirá claramente los alcances de la Unidad, el universo de personas desaparecidas que buscará y los medios que tendrá para ello. Monzón explica igualmente que hace falta voluntad política para esta tarea y da cuenta de la titánica labor que implica elaborar un plan de búsqueda para que sea exitoso y termine con la identificación de las personas y no con una pila de cuerpos recuperados de los terrenos sin identificar.

¿Cuáles son los retos que tiene usted al mando de la Unidad de Personas dadas por Desaparecidas?

Yo dividiría los retos en varias categorías. Un reto es la creación de la Unidad porque a pesar de que el mecanismo fue establecido por el decreto ley 589 de 2017 y se incorporó en la Constitución, la verdad es que la institución no ha sido creada. Esto, en el sentido de establecer cuál es la estructura que va a tener, su planta de personal o qué tipo de institución será. Porque si bien la Unidad hace parte del sector justicia, esto no significa que sea de la Rama Judicial. Por el contrario, tal y como está previsto, la Unidad sería del Ejecutivo. No se ha definido aún si será asimilable a una Agencia del Estado o a otro tipo de institución.

¿Qué se ha hecho hasta el momento para avanzar en la creación de la Unidad?

He tenido reuniones con el Ministro de Justicia en donde se planteó que hay unos borradores de decreto para crear la Unidad y un estudio técnico sobre lo que debería ser la Unidad, para que yo los revisara. Lo otra reunión que tuve fue con la viceministra de Hacienda y con Función Pública. El Ministerio me entrega eso, pero yo no soy una persona experta en función pública ni vengo del Estado, en el sentido de ser funcionara pública que sabe cómo funciona operativamente el Estado. Entonces, lo que necesito y, lo primero que expresé, es un apoyo técnico que me permita evaluar esos documentos y saber si eso es lo apropiado para la Unidad. Y no he tenido esos recursos.

Función Pública es el ente que sabe de diseño institucional y la que apoyaría la creación de esa Unidad y ellos necesitan saber si estos decretos y estudios son los apropiados o no. Y Hacienda planteó no tener recursos específicos para la Unidad, sino un paquete de recursos para todo el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Este es un primer mensaje: recursos para la Unidad, como Unidad de Búsqueda, no se han dispuesto. Se ha dispuesto un paquete que no está discriminado.

Usted necesitaría abogados entonces y personal para esto…

Desde que fui designada he intervenido en la elaboración de un proyecto de cooperación internacional a través del fondo multidonante de las Naciones Unidas para conseguir recursos que me permitan desarrollar esa etapa de creación de la Unidad. Los recursos que salgan de este proyecto serán entregados al PNUD y yo la que defina las líneas de acción.

¿Cuándo se estima que será la posesión en su cargo y que la Unidad empiece a operar? 

No estoy posesionada porque no está creada la Institución. Hasta el día de hoy no tengo los recursos, el proyecto sigue discutiéndose, la plata disponible para la contratación no está y mientras no haya equipo, no puedo hacer nada. Estoy en toda la disposición de poner todo lo que de mí dependa para que la Unidad se cree cuanto antes, pero no cualquiera, sino una que realmente responda al sentido que tuvieron las víctimas para proponer que se incluyera el mecanismo en el Acuerdo.

¿Cuáles son en su criterio esas características de la Unidad?

El carácter humanitario, la participación de las víctimas y el enfoque territorial. Esos son los cimientos de la unidad para mí. Y eso significa que tendría que tener recursos humanos para poder documentar a los desparecidos. Es decir, quiénes son los desaparecidos, dónde podrían estar, cuáles son los territorios donde hay victimas de desaparecidos con las cuales se pueda documentar, dónde están las fuentes de información relevante, dónde están los equipos que saben prospectar un lugar e identificar donde pueden estar personas desaparecidas y poder construir, en lo territorial, con las víctimas, planes de búsqueda para esos desaparecidos. Necesitaría un equipo con esas características técnicas, investigativas, forenses, antropólogos, sociólogos, trabajadores sociales.

¿Cómo será la articulación de la Unidad con la Fiscalía y Medicina Legal? 

Uno de los retos es que las instituciones tengan el interés de coordinar esfuerzos para lograr el objetivo y dar una respuesta a los familiares de los desaparecidos. Creo que la Unidad debe tener las herramientas para actuar con autonomía. Pero puede haber eventos en donde hay esfuerzos ya desarrollados por otras instituciones, dónde podemos sumar. Yo quiero tener autonomía, pero no es conveniente que la Unidad se asuma como una entidad aislada.

¿Cuáles son las fuentes de información que utilizará la Unidad ?

Lo que se produce en procesos judiciales. Medicina Legal sobre el universo de desaparecidos y las distintas categorías de desaparecidos. Las bases de datos de la Fiscalía. Pero hay otro asunto. Si bien se han hecho bases de datos que han recopilado información sobre desaparecidos, en general, son una cuenta numérica de cuántos son y nombres, pero no de lugares de ubicación. Quizá la Unidad tendrá que ir completando un rompecabezas para poder formular los planes de búsqueda.

¿Qué más se necesita para construir esos planes de búsqueda nacionales y regionales?

Cuando uno habla de plan de búsqueda, habla de etapas para lograr el objetivo que es la recuperación de la persona desaparecida. Bajo ese supuesto, la primera etapa es recopilar la información que me diga quién es el desaparecido, dónde fue desaparecido y quiénes probablemente lo desaparecieron, no para determinar responsabilidades, sino para documentar dinámicas de operación y de ubicación de estos grupos, de donde pudieron haber dejado a los desaparecidos. Pero otra parte fundamental es la información que me permita, una vez encontrado un cuerpo, identificar a quién estoy buscando. Y la otra información clave es quiénes son los familiares y dónde estaban.

¿Por qué? 

Cuando se aprobó la ley 975 de 2005, ley de Justicia y Paz, los paramilitares empezaron con la estrategia de entregar fosas comunes. La lógica de la Fiscalía, que yo no comparto, es ir a recoger los cuerpos cuanto antes. Cuando se actúa de esa manera, el riesgo es acumular cuerpos, pero no identificar a nadie. ¿De qué le sirve a un familiar saber que se sacaron unos cuerpos, pero no saber si está en ellos su familiar? Entonces, se tiene que documentar en un plan de búsqueda a quiénes se va a buscar, en dónde, cómo se van a identificar y saber cuáles son los familiares de las personas que se están buscando. Luego, en una segunda fase, se documenta el territorio en donde probablemente se encuentra el cuerpo. La tercera fase es la identificación y la cuarta es la entrega. Si no se desarrollan las etapas de manera adecuada, habrá cuerpos quizás, pero no vas a lograr el objetivo.

¿Se necesitaría un banco de ADN para desaparecidos? 

El decreto plantea que el soporte técnico científico de la Unidad va a estar en Medicina Legal. Eso significa que el tema de identificación lo hará en principio Medicina Legal. Que el SIRDEC, que es la base de datos creada a partir de la Ley 589 del 2000, va a tener un módulo de información que produzca la Unidad. Y que el banco de datos genético que ya está funcionando será una herramienta de trabajo de la Unidad. Es decir, no habrá otro banco de datos. Y creo que es un reto para la Unidad fortalecer la cooperación interinstitucional del Estado para evitar el desgaste y para que las víctimas tengan mayor orientación.

Quiénes son los desaparecidos en Colombia

¿Cuál es el universo de desaparecidos en el país?

Hay que distinguir quiénes son los desaparecidos porque incide en la forma cómo se documenta la búsqueda. Hay unos desaparecidos forzados, que son en general víctimas de violencia sociopolítica. Personas que fueron desaparecidas porque pensaban de una manera, porque hacían actividades que se consideraban en contra del Estado. Es un crimen que se ha denominado un crimen de Estado.

Hay otros desaparecidos que son las personas que en principio fueron secuestradas, pero luego las familias no volvieron a tener noticia de su paradero. Pensemos en los secuestrados de la guerrilla, que los llaman, los extorsionan, que no es la dinámica de la desaparición forzada. En el caso del secuestrado, la familia sabe quién se lo llevó, que lo tienen, pero ha pasado que no vuelve a saber más de él. Esa persona termina en una situación de desaparecido.

Hay otras personas que pueden ser dadas por desaparecidas, que ese es el mandato de la Unidad, que se denomina Unidad de Búsqueda de personas dadas por Desaparecidas en el marco del conflicto. Esa expresión, “dadas por desaparecidas”, me puede poner en una situación de búsqueda de personas de las cuáles no se conoce el paradero, que no es secuestrado ni desaparecido forzado, pero que no se tiene noticia de dónde está, que podría estar vivo o podría ser parte de los desmovilizados.

Entonces, es necesario que la sociedad sepa que hay toda esa gama de personas que puedan estar dadas por desaparecidas y que son fuentes distintas de desaparición, lo que es importante, porque es la información que apoya la manera cómo se van a buscar.

¿La Unidad los va a buscar a todos? 

No quisiera decir eso porque es lo que hay que definir, el alcance del mandato de la Unidad. Para mí como directora es muy importante responder por el mandato legal, pero ser transparente en cuál es el alcance de ese mandato para no generar falsas expectativas. No quiero que eso pase.

¿Cuál es la cifra de desaparecidos que usted maneja? 

El Centro Nacional de Memoria Histórica habla de 80.094 desaparecidos forzados. No está allí secuestro, reclutamiento ni los desaparecidos de la Fuerza Pública. Parte de lo que se concibió en el acuerdo inicial de 2015 en la Mesa de Negociación, como medida urgente, fue recuperar los cuerpos en cementerios de los combatientes. Entonces, en principio, esas personas estarían bajo el universo de la Unidad.

Pero la cifra de Medicina Legal es mucho menor…

Sí. Medicina Legal está hablando de más o menos 22.000 desaparecidos forzados. Y de 121.000 de desaparecidos desde que existe el registro. La Fiscalía habla de más de 40.000 desparecidos en general.

Es decir, ¿de cuántas personas podríamos estar hablando? 

No tenemos la menor idea.

Hay muchos casos de secuestrados de la Fuerza Pública que nunca volvieron a sus casas. La Unidad va a contar con las intervenciones de los guerrilleros que se sometan al Sistema Integral. ¿En qué orden lo harán, primero irán a la Jurisdicción Especial para la Paz y luego a la Unidad?

No existe una ruta de etapas para la comparecencia a los distintos mecanismos del Sistema. Un guerrillero, un militar, o cualquier persona que conozca del paradero de desaparecidos puede acudir de manera directa a la Unidad. Pero, parte de lo que se está definiendo es cómo será la comunicación entre el mecanismo de Justicia, con el de verdad. Pero no existen pasos previos, podrían acudir de manera directa a la Unidad. De hecho, el Comité Internacional de la Cruz Roja se encuentra en un ejercicio con otras entidades del Estado desarrollando actividades de recolección de información sobre desaparecidos. Entonces, ya la guerrilla está entregando información.

¿La Unidad tendrá acceso a información de carácter reservado de las Fuerzas Militares? 

Tendría que ser. Está previsto dentro del decreto que crea a la Unidad el acceso a información confidencial en manos del Estado. Y parte del compromiso del Estado, incluidas las Fuerzas Militares, es que va a ofrecer la información que sea necesaria para el desarrollo del mandato de cada uno de los mecanismos del Sistema Integral.

Entonces yo esperaría que, así como los militares dieron a conocer en diciembre que estaban dispuestos a contribuir con la Comisión de la Verdad, también hicieran una manifestación de esa naturaleza, frente a facilitar el mandato de la Unidad, ofreciendo y abriendo toda la información que sea necesaria para la planificación de la búsqueda.

Hay una gran época de este país, entre los años 80 y los 90, de un sector de la población que fue desaparecida forzadamente donde militares están comprometidos con esas desapariciones. Y no lo estoy diciendo porque lo quiera decir, hay decisiones de organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como de las instituciones judiciales colombianas que lo han manifestado. Entonces, sí me parece importante que públicamente exista una expresión de voluntad para el apoyo de la búsqueda de desaparecidos por parte de la Fuerzas Militares y de toda la institucionalidad del Estado.

¿Cómo debe ser la participación de los familiares de las víctimas en este proceso? 

No quiero generar expectativas que no se van a cumplir. Cuando decía que la Unidad debía estar caracterizada en la participación de las víctimas, lo humanitario y lo territorial, estoy pensando en una participación con un objetivo. Que las víctimas digan ‘yo quiero participar en las labores de la Unidad para hacer esto, esto y esto’. “Participación de las víctimas” hay en la Unidad de Víctimas, en la Fiscalía, en todas partes. Se puede convertir en algo etéreo. Bajo ese título pareciera que participan, pero cuando vas a lo concreto no. Yo quiero que las víctimas digan: ‘yo quiero cumplir ESTE rol’. Lo que quiero es aterrizar esa participación de las víctimas.

¿Qué es importante para usted de esa participación? 

Yo reconozco a las víctimas como actores positivos en el sentido que han creado mecanismos de búsqueda. Hasta el 2000 en Colombia no existía la desaparición forzada jurídicamente.

¿Quiénes crearon las necesidades de que se reconocieran mecanismos específicos de búsqueda?

¡Los familiares! Son víctimas con experiencias y saberes y quiero que jueguen ese rol desde esos saberes y no solo como depositarios de información.

Usted fue postulada por organizaciones de derechos humanos por su trayectoria. Las víctimas hablan de una gran falta de voluntad institucional y de las partes para hablar sobre la desaparición y usted tiene una labor titánica. ¿Cree usted que esta vez sí funcionará?

En lo que tiene que ver con el rol que me han encomendado, estoy comprometida a hacerlo y sé que las víctimas quieren apostarle a que esto cumpla el papel para lo que fue establecido. Pero esto, por sí sólo, no cumple con la función si no cuenta con los apoyos y el respaldo económico, técnico y, sobre todo, político.

Y ahí yo veo un gran vacío por parte del Gobierno por lo menos en este momento. Hay un gran cubrimiento, interés y visibilidad de la JEP y de la Comisión de la Verdad, pero la Unidad de Búsqueda no está visibilizada. Es necesario, y se lo plantee al Presidente, que el Estado, en esa necesidad de una cobertura política, incorpore en sus discursos una respuesta conjunta y articulada del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición que está conformado por la JEP, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos.

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Lunes, 15 de Enero de 2018
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