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Nuevos detalles del crimen de la ciudadana chilena
La historia entre Juan Guillermo, de 28 años, y la ciudadana chilena Ilse Amory Ojeda González comenzó en el 2017.
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Colprensa
Colprensa
Miércoles, 6 de Mayo de 2020

Colprensa tuvo acceso al proceso que se adelanta en contra de Juan Guillermo Valderrama, en el cual se narran detalles hasta ahora desconocidos del caso; desde el inicio de la historia de amor en Santiago de Chile hasta el hallazgo del cadáver de su novia, incinerado en el sector de Portachuelo, zona rural de Rionegro, Santander.

De acuerdo con el documento, la historia entre Juan Guillermo, de 28 años y la ciudadana chilena Ilse Amory Ojeda González comenzó en el 2017.

“Los hechos tienen que ver con que para el año 2017 el aquí imputado Juan Guillermo Valderrama viajó a Chile y estuvo trabajando como mesero. Estando en la ciudad de Santiago de Chile conoce a la señora Ilse Amory Ojeda González, entablando una amistad. Ella le colaboró y le ayudó a ingresar como empleado en el casino de oficiales de carabineros de la Policía de aquel país ”, dice el documento.

De acuerdo con el expediente la amistad fue creciendo al punto de que ella le ofreció su apartamento para que vivieran juntos.

“Ilse Amory le ofrece su apartamento y es cuando inicia una relación sentimental entre los dos, teniendo una duración en aquel instante entre 7 y 8 meses que es el tiempo que este señor tiene permanencia en Chile, siendo extremadamente dependiente de ella, quien era la persona que laboraba y velaba económicamente por la relación”, dice el documento de la Fiscalía.

Pasados los ocho meses, Juan Guillermo tuvo que regresar a Colombia porque se venció su permanencia en Chile.

Esta distancia no fue motivo para terminar la relación, ya que ella se hizo a la idea de una vida con Valderrama, así que le manifestó su deseo de pensionarse para poder estar juntos.

“Igualmente le sigue enviando dinero al aquí imputado, cada 15 días, en cantidades que oscilan entre los 300 mil pesos chilenos a través de consignaciones bancarias en entidades como Bancolombia”, se lee en el expediente.

En octubre de 2018, luego que Ilse le enviara el pasaje, Valderrama se regresó a Chile para continuar la convivencia. Durante cerca de cinco meses planearon el que, supuestamente sería el futuro juntos. 

La idea era viajar a Colombia y ‘montar’ un negocio de comida chilena.

“En esas condiciones salen del país vecino e ingresan a Colombia el día 5 de marzo de 2019, arribando a la ciudad de Medellín. Allí la ciudadana chilena adquiere un vehículo Mazda 6 de placas NAH-685. Días después, arriban a Bucaramanga y continúan la relación sentimental en la casa del padre de Valderrama, ubicada en el barrio Cristal Bajo”, explica la Fiscalía en el documento.

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En el barrio, muchos describieron a Ilse como una mujer solidaria que le daba comida a los animalitos de la calle y les enseñaba a los niños tareas como leer y escribir. En marzo la pareja realizó un viaje que dejó en evidencia una infidelidad.

“En el curso de estos días del mes de marzo realizan diferentes actividades juntos como viajar al municipio de Curití, Santander, a visitar a su señor padre. Amory se queda en la finca del señor José Guillermo Valderrama Parra, padre del procesado, mientras Juan Guillermo se desplaza a Bucaramanga y se reúne con la ciudadana estadounidense de nombre Becky Evans con quien también mantenía otra relación amorosa”, dice el documento.

La desaparición de Ilse

A finales de marzo, de nuevo Amory regresó a Bucaramanga, era el comienzo de su final. El 28 de ese mes fue la última vez que los familiares en Chile tuvieron noticias de ella: no volvió a contestar llamadas, ni redes sociales, a pesar de que el teléfono permanecía encendido.

Extrañados por su desaparición, los familiares de Ilse comenzaron una dura tarea para encontrarla, Valderrama solo manifestaba que habían tenido una pelea y que ella se había marchado.

Muchos días después de la desaparición, y quizá llevado por la presión que ya ejercían los familiares desde Chile, el 17 de abril de 2019, Juan Guillermo Valderrama instauró la denuncia.

“Hasta el día 17 de abril de 2019, el aquí imputado, Valderrama Amezquita formula la denuncia ante la Fiscalía de esta ciudad por la presunta desaparición forzada de la ciudadana Ilse Amory Ojeda”, explica el documento.

La primera versión que Valderrama le entregó a las autoridades sobre la desaparición de la ciudadana chilena, quedó registrada así en el documento: “El 5 de abril, aproximadamente a las 10:50 de la mañana, me encontraba con mi pareja Ilse Amory en una tienda ubicada en la Puerta del Sol cuando entró una llamada a mi celular, era Becky Evans. Amory se levantó de la silla, se puso agresiva y se fue caminando”.

Manifestó entonces que la llamó varias veces al celular para saber dónde estaba, pero permanecía apagado.

Tras la denuncia, los investigadores realizaron un allanamiento en la vivienda del Cristal Bajo, encontrando dentro del vehículo documentos de Ojeda, tarjetas bancarias y el celular de la mujer: este último fue pieza clave en la investigación ya que contenía videos en los que Amory manifestaba estar cansada de los maltratos y su intención de regresarse para Chile; videos que nunca envió a su familia.

Seis días después de la denuncia, Valderrama acude nuevamente a la Fiscalía con el fin de ampliar su denuncia por la desaparición de la ciudadana chilena.

El testigo clave

Para entonces, la Policía tenía serios indicios de que Valderrama, al parecer, estaría vinculado con la desaparición de quien fuera su pareja. Sin embargo, no existía una evidencia contundente para poder capturarlo.

Fue entonces cuando apareció el testigo clave “Mediante información de fuente humana, un testigo señala que tiene ubicación sobre el lugar o ubicación de un cuerpo. Este señalamiento testimonial hace que las autoridades se dirijan hasta un sitio ubicado en la vía rural que conduce desde la carretera Nacional Rionegro-El Playón en el que las autoridades logran encontrar restos óseos humanos”, indica el informe. 

Efectivamente, en una zona pendiente y de difícil acceso, hallaron la prueba del macabro crimen; en total 19 elementos materiales probatorios.

Firma del preacuerdo

Luego de más de un año desde el día de la captura,  se dará a conocer el preacuerdo hecho con la Fiscalía, donde la pena total fue tasada en 36 años y medio de cárcel, por los delitos de feminicidio agravado y desaparición forzada.

Según Flor Alba Cely de Vera, abogada defensora el fiscal “lee el preacuerdo, la juez pregunta a la defensa si está de acuerdo, lo mismo al procesado le pregunta si no fue obligado y si acepta o no los cargos. La diligencia termina una vez la juez lo mira y si lo encuentra ajustado a derecho le da aprobación”.

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