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Colombia
Ocho vidas se perdieron en un vuelo que apenas despegó
murieron un abogado, 2 infantes de marina, dos pilotos, una periodista y un gerente.
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Colprensa
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Martes, 22 de Noviembre de 2022

Sobre las 10:15 de la mañana de ayer, la aeronave HK5121 de la empresa San Germán, partió de la pista del aeropuerto Olaya Herrera rumbo a Pizarro, la cabecera municipal de Bajo Baudó (Chocó). Pero cuando apenas había recorrido unos metros, sobrevolando el barrio Belén Rosales, tuvo fallas en sus motores. Ante la situación, su piloto intentó regresar al terminal aéreo, pero la aeronave se estrelló contra siete viviendas, provocando la muerte de las ocho personas que viajaban en ella.

Lo único que sintieron los habitantes de este barrio del suroccidente de Medellín fue un estruendo acompañado de una explosión. Carlos Cardona, uno de los vecinos relató: “Yo pensé que iba a dar contra un edificio, pero no, pegó en la parte trasera en dos casas. El golpe fue muy fuerte. Después sacamos a una señora de un tercer piso que no podía salir”.

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La colisión sobre las edificaciones ubicadas en la calle 30C con la carrera 71 se produjo un par de minutos después del despegue de la aeronave Piper PA31. Según trascendió, el piloto comenzó a sentir la falla pocos metros después de despegar, sobre la calle 30. Cuando el piloto intentó regresar, haciendo el giro, perdió altura hasta golpear contra las viviendas. Los habitantes de la manzana afectada fueron evacuados, todos sin lesiones, pero con mucho susto.

José Rafael Ramírez, quien se encontraba haciendo trabajos de mampostería en una de las propiedades afectadas por la colisión, dijo que instantes antes había salido de la propiedad y en ese momento sintió la explosión. “Ahí sentí miedo. Escuché la explosión y salí corriendo. O sea, la avioneta cayó en la casa en la que yo estaba trabajando”, relató.

El mayor susto lo vivieron cuatro adultos mayores que se encontraban desayunando en una de las viviendas, en la cual golpeó este avión ligero. Una de las personas que allí se encontraba contó que “escuchaba que la avioneta estaba muy bajita y al momento sentimos el estruendo y las cosas del techo de la casa cayeron sobre nosotros. Cogí a mis tías, las empujé hacia afuera y luego sentimos la explosión. La casa volvió a vibrar fuertemente”.

La llamarada ocasionada por la explosión tuvo que ser controlada por 35 unidades del Cuerpo Oficial de Bomberos Medellín en conjunto con otras ocho personas de los bomberos de la Aeronáutica Civil. El fuego no afectó a ninguno de los habitantes de las propiedades impactadas, pero acabó con la vida de los ocho ocupantes de la aeronave.

Las víctimas

En este siniestro perdieron la vida el piloto Jorge Andrés Aladino Valencia y su copiloto Sergio Guevara Delgado. Ambos eran oriundos del Valle del Cauca y tenían basta experiencia en el manejo de estos aviones ligeros. Incluso, Aladino Valencia había transportado a celebridades como el actual jugador del Olympiacos griego, James Rodríguez.

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También pereció en este siniestro Nicolás Alberto Jiménez Alzate, el gerente de la empresa San Germán, la cual conglomera varias aerolíneas para vuelos a regiones recónditas del país y que él mismo había fundado hace una década, en medio de su sueño por ser piloto. Era oriundo de El Carmen de Viboral y era padre de dos hijos, menores de edad.

Ómar Alzate, primo suyo, relató que había creado la compañía en el 2013 ante la dificultad para encontrar trabajo como piloto, luego de graduarse en una carrera que había iniciado tras abandonar el seminario, donde se estaba formando para ser sacerdote ante su deseo por no dedicarse a las labores campesinas, tal como lo habían hecho sus padres.

También perdió la vida otra empleada de esta compañía, Melissa Pérez Cuadros, quien era la directora comercial de la empresa. Ambos estaban viajando como parte de la estrategia comercial para abrir nuevas rutas para esta compañía.

Entre los pasajeros también se encontraban dos infantes profesionales de la Marina, oriundos de la Jagua de Ibirico (Cesar): Jorge Mario Cantillo Martínez y Duván Ovalles Quintero. Ambos estaban prestando servicio en el Chocó y apenas pudieron tomar el vuelo ayer, luego de que el viernes, día en el que tenían previsto viajar, fuera suspendido. Uno de los familiares de Cantillo dijo que “era una persona muy carismática, que se presentó en la Marina porque quería ayudarles a salir adelante a sus padres”.

Las otras dos víctimas fueron Anthony Mosquera Blanquiceth, un abogado chocoano, y Pedro Pablo Serna, quien era oriundo de Unguía (Chocó) y era conocido como “Peyo” o “Perrales”.

Para la recuperación de los ocho cadáveres, cuya labor fue realizada conjuntamente por la Aerocivil y el CTI de la Fiscalía, fue necesario reforzar la estructura de una de las viviendas contra las que impactó la aeronave, señaló la directora del Dagrd, Laura Duarte, quien agregó que después de sofocar las llamas quedaron 12 unidades de los bomberos, quienes se encargaron de apoyar a los investigadores judiciales para recuperar los cuerpos de las víctimas.

En cuanto a la situación de la aeronave siniestrada, la Aeronáutica Civil informó que esta había cumplido con la certificación sin inconvenientes y que las licencias y los certificados médicos del piloto y el copiloto estaban en orden.

La entidad también hizo un llamado a esperar los resultados de las investigaciones para esclarecer plenamente qué fue lo que ocurrió con este avión ligero antes de colisionar con las propiedades.

Después de finalizada las labores urgentes con las víctimas, cuatro de las propiedades contra las que impactó la aeronave fueron evacuadas hasta tanto se les realice la inspección para establecer si pueden ser habitables o requieren alguna repotenciación previa, tal como sucedió con una de ellas, que está sujetada con varillas de hierro, dijo Duarte.

En medio de la atención de los organismos de socorro, algunos vecinos comenzaron a relatar tragedias ocurridas en este sector, tal como sucedió el 15 de diciembre de 1997 en este mismo barrio, donde murieron dos personas o la presentada en 2006 en la UPB, donde perecieron otras siete personas, entre ellas dos menores.

15 de diciembre de 1997

Diez minutos después de su despegue, una avioneta terminó estrellándose en la canalización de la calle 30 con la carrera 70. Murieron dos personas.

7 de julio de 2003

Una avioneta bimotor Beechcraft B80 se estrelló sobre una vivienda en Prado Centro, matando a sus tres ocupantes y a un transeúnte.

29 de marzo de 2006

Cinco pasajeros y dos estudiantes del colegio de la UPB murieron en el accidente de una avioneta de la empresa Nativa de matrícula HK 2969.

20 de octubre de 2010

La avioneta de la empresa Cóndor despegó del Olaya, 5 minutos después chocó en San Antonio de Prado. Cuatro ocupantes murieron.

30 de septiembre de 2016

Una aeronave Cessna que iba hacia Juradó, Chocó, se estrelló en San Antonio de Prado. El siniestro dejó cuatro muertos.

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