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Resumen Nacional del 2018

Seis hechos que marcaron a Colombia este año.

¿Quién está matando a los líderes sociales?

Cada tres días matan en Colombia un líder social, según investigaciones de la Fundación Paz y Reconciliación. Desde la firma del proceso de paz con las Farc hasta julio pasado 257 habían sido asesinados. El 41 por ciento fueron atacados en sus propias viviendas. 

Cauca ocupa el nada honroso primer lugar en esta macabra estadística con 17, 12 por ciento; seguido por Antioquia, 15, 56 por ciento, y Norte de Santander, con 7,38 por ciento. 

Pero lo más aberrante es que hasta ahora no se ha establecido quiénes son los asesinos o determinadores. Tampoco se ha logrado su total esclarecimiento. Muchos anuncios sí, sobre planes de protección, despliegue rápido de fuerza pública, investigaciones exhaustivas, alertas tempranas, etc., pero la impunidad es la que reina.

Un informe del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (Iepri) indica que los asesinatos son selectivos, lo que altos funcionarios  del pasado y del actual gobierno no han querido aceptar. En el año 2016 se registraron 99 asesinatos, en el 2017 fueron 144 y en los primeros seis meses de 2018 la cifra pasaba los 100. La zona de Norte de Santander con homicidios y ataques a los líderes sociales es el Catatumbo, donde se registra de paso un incremento de todas las formas de violencia criminal: secuestros, narcotráfico, amenazas, desapariciones, extorsiones. En solo Tibú, una población con entre 25.000 y 30.000 habitantes, en lo corrido de este año se han registrado cerca de 80 homicidios. ¿Y dónde están las autoridades? La guerra que libran los grupos del Eln y de ‘los pelusos‘, cobra todos los días muchas víctimas en la población civil que sobrevive en el miedo y la zozobra. 

Odebrecht: entre las coimas y los torcidos

Odebrecht es sinónimo de coimas y de toda clase de torcidos. 

Es el mayor escándalo de corrupción que hemos tenido en Colombia.  Y está extendido por 11 países. Todos los expresidentes vivos del Perú resultaron tocados por sus tentáculos. Entre los episodios más estremecedores de esta trama de corrupción se encuentran la muerte con cianuro del auditor Jorge Enrique Pizano, la de su hijo Alejandro, el papel del fiscal Néstor H. Martínez, los políticos y personajes involucrados, y la alharaca de la designación del fiscal ad hoc, Leonardo Espinosa Quintero, quien ya se posesionó del cargo.

Espinosa Quintero tiene, pues, la responsabilidad de investigar todo este escándalo y establecer quiénes son culpables y quienes inocentes. 

Adiós a la paz con el  Eln

En su campaña a la Presidencia de la República, el doctor Iván Duque dijo en forma reiterada que para sentarse a hablar de paz con el Eln, esta guerrilla debía  liberar a todos los secuestrados que tiene en su poder. 

Al asumir el gobierno, el  Jefe de Estado ratificó su posición y la ha mantenido siempre. El Eln no solo no ha liberado a los secuestrados, sino que sigue con sus acciones violentas, con más secuestros y atentados contra la infraestructura petrolera y vial del país. Muchas de sus acciones las sufrimos en Norte de Santander.  Nada hace pensar que haya posibilidades de retomar los diálogos, a pesar de las peticiones y deseos de distintos sectores. Y menos ahora, cuando las relaciones con Venezuela atraviesan su peor momento. La llegada de los aviones rusos y la mutua expulsión de funcionarios así lo prueban.

Violencia y abusos contra los niños

El país se conmovió en octubre pasado con la escalofriante historia de Génesis, la niña abusada y asesinada en el Magdalena por un hombre cercano a la familia de la menor y a quien todo el mundo parecía conocer como buena persona. Por esos días, una niña de 6 años fue brutalmente golpeada por su padrastro, mientras una bebita de 10 meses también fue salvajemente agredida en un jardín infantil en Cali. Entre 2008 y 2017, se denunciaron 118.794 casos de violencia contra niños, niñas y adolescentes. Cifras que horrorizan, pero a las que dolorosamente parece que nos estamos acostumbrando.

Las marchas de los estudiantes 

Hacía muchos años que en Colombia no se registraban marchas y manifestaciones callejeras de estudiantes y profesores reclamando atención para la educación pública, y en especial para la universidad. Más sorprendente que transcurrieran en calma y no terminaran en los bochinches y disturbios de otras épocas, promovidos e instigados por saboteadores infiltrados. Tras dos meses de reclamos, el movimiento estudiantil logró la asignación de recursos por más de $4,5 billones para la universidad pública.

La ingeniería en el ojo del huracán

Hace varios años en Cartagena se cayó un puente que se acababa de inaugurar. 

Y en Bogotá se cayó otro horas antes del tradicional corte de cinta inaugural.

La caída del edificio Space, en Medellín, construido por una reconocida firma de ingenieros, está todavía en la retina de miles de antioqueños y colombianos. 

También en Cartagena se desplomó un conjunto residencial levantado sin la licencia respectiva. 

El puente de Chirajara – en la vía Bogotá – Villavicencio, se vino al suelo matando a 10 trabajadores. 

El desastre de Hidroituango tiene enfrentado al curubito de la dirigencia paisa, tan dado a trabajar en llave y a ponerse de ejemplo de unidad. El puente de Hisgaura, que se encoje como un acordeón, soporta por estos días las pruebas de resistencia. Que todo salga bien. 

Estos episodios - con altos números de víctimas - han puesto en el ojo del huracán la capacidad y eficiencia de la ingeniería colombiana. El debate está abierto.

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Viernes, 21 de Diciembre de 2018
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