La semana pasada en un programa radial con la periodista Vicky Dávila el expresidente Uribe -o presidente Uribe, como también se estila en Colombia con los expresidentes- manifestó que para las próximas elecciones parlamentarias no presentará su nombre a consideración de los colombianos. Esta declaración, como tenía que ser, trajo alivio a un sector de la población colombiana, y también llenó de consternación a otro, porque todos los políticos y también las personas del común, buenos y malos, tienen sus adoradores y sus malquerientes.
Lo cierto es que estos últimos han hecho un trabajo político intenso para frenar electoralmente al expresidente Uribe, y no ha sido posible, entonces han apelado a un trabajo que en los países eslavos llaman “sucio”, palabra muy común allá cuando las cosas no son al derecho o correctas. En Internet es muy conocido el catálogo de consejos que Fidel Castro Ruz le hace a un fiel representante de los socialistas del Siglo XXI, entre otros, éste: si no puedes con ellos invéntale procesos judiciales. Es un arma muy efectiva que vemos a diario.
También es cierto, si se cumple la promesa del expresidente Uribe, que su retiro del hemiciclo parlamentario tendría varias consecuencias, y él es consciente de ello: primero, si estando él presente en el Capitolio Nacional su misma gente se tira entre sí y tratan de sabotear al mismísimo presidente de la República, doctor Iván Duque Márquez, que salió del seno de su formación política; segundo, lo anterior significa que sin el expresidente liderando personalmente la causa que defiende con tanto ahínco, ésta puede asomarse al despeñadero y dejar el camino franco a quienes desean que llegue a Colombia una corriente política extremista a repartir pobreza. Tercero, la presencia en el senado de la República de los líderes de las dos corrientes que actualmente se disputan el poder político en Colombia, la que lidera el señor expresidente Uribe y el que quedó de segundo en la elección presidencial anterior, es un espectáculo dialéctico que no podemos perdernos, cuando se hace con inteligencia, como ha sucedido en algunas ocasiones. Así las cosas esperemos que el señor expresidente Uribe reflexione y no deje acéfala la corriente política que con tanto esfuerzo ha construido.
Es de suponer que todo esto viene por el llamado a indagatoria al expresidente Uribe por parte de la Corte Suprema de Justicia, y aquí es bueno señalar que si existen pruebas contundentes contra el señor expresidente Uribe, que lo condenen; pero esta condena no puede basarse en pruebas deleznables o aquellas que se consiguen visitando presidiarios a los que se les promete de todo.
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Ayer lunes, en el marco de la XV Fiesta del Libro de Cúcuta, a las 06:00 p.m., la Academia de Historia de Norte de Santander hizo Miembro Honoraria de la corporación a la historiadora Diana Uribe Forero, con sobrados méritos para merecer la credencial. El señor presidente Luis Fernando Niño López le hizo entrega del diploma y el acta correspondiente. Felicitaciones.
