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Al ataque contra el ruido

Es que la audición cada vez se viene mermando más.

Otro de los vacíos grandes que tiene nuestro sistema educativo, tiene que ver con la prevención y el cuidado que hay que tener con nuestros sentidos. Producto de esta ausencia y falta de conciencia en el grueso de la población colombiana, es que la audición cada vez se viene mermando más y más como consecuencia de la exposición permanente u ocasional a ruidos altos por donde quiera que usted pase, o a cualquier sitio donde valla.

Numerosos organismos internacionales como la OMS (Organización Mundial de la Salud), han declarado de forma unánime que el ruido tiene efectos muy perjudiciales para la salud. Estos daños van desde trastornos puramente fisiológicos como la pérdida progresiva de la audición, hasta los psicológicos al producir mal genio y causan disfunciones en la vida cotidiana, tanto con  el rendimiento en el trabajo, como en las relaciones interpersonales.

Los decibeles dB son la unidad de medición mundial, el umbral de audición se sitúa en 0 dB y el umbral del dolor en 120 dB, lo que esté  alrededor de éste ocasiona lesiones de oído y se le conoce también como el umbral tóxico. A mayor frecuencia de exposición a estos ruidos, se llega al umbral del dolor inmediato, y poco a poco se va perdiendo la audición, hasta llegar a la sordera total y muchas veces irreversible.  Todos los sonidos deberían estar máximos a  la mitad de este rango para que no sean dañinos al ser humano, y así poder evitar en buena medida los efectos como el estrés, la irritación, la agresión y el cansancio entre otros. Así las cosas, las personas recuperaríamos la delicia de la conversación, del diálogo, que tanta falta nos hace.

A todos los negocios públicos, estadios, clubes, discotecas y lugares de conciertos etc., debería exigírseles un máximo de volumen a la mitad de lo que dé  el equipo de sonido, so pena de confiscarle el aparato y cerrarle el negocio. El público que va a todas estas cosas debe ser consciente del daño que se están buscando y pedir, o denunciar el desacato de esta norma. Los dueños de negocios tienen que convencerse que no por más ruido que produzca con sus micrófonos y parlantes les va a llegar más gente.  Evitar la pólvora, los estruendosos ruidos de los pitos de los automotores, de los aviones, de los disparos, de los gritos, de las motos etc., es lo más recomendable. También los ruidos desesperantes de los 1000 carreteros que venden frutas o verduras, que se pasean como perros por su casa todos los días en las zonas comerciales y por muchos barrios de Cúcuta, que con sus voces gangosas anuncian a través de micrófonos y cornetas chillonas a todo volumen: “Llegaron los aguacates, a 5 por mil, venga compre en promoción, uno por 500, son para el almuerzo, pal pichaque, la bandeja, el mute…vengan a ver llévenlo fresquito”.  Conozco solo uno que utilizo su cabeza, dejó el parlante y el micrófono y se parquea todos los días en la esquina de la avenida 2 con calle 10 a vender sus nísperos, peras y bocadillos, sin hacerse daño ni así mismo, ni a los demás, sin sudarse como un caballo y sin gastar casi zapatos vende todo lo que lleva en su carreta.  Se conoce que más de la mitad de la población mundial tiene problemas de audición, entre ellos el principal es el Tinnitus, que es el término médico para el hecho de escuchar ruidos en los oídos, cuando no hay una fuente sonora externa, ese pito permanente en los oídos ha llegado a enloquecer a algunas personas. Muchas gracias  

Viernes, 1 de Septiembre de 2017
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