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Alcalde y hoja de ruta para Cúcuta
Es la garantía de votar a conciencia y no bajo la presión de alguna dádiva de intención fraudulenta.
Sábado, 9 de Marzo de 2019

Es bien variado y surtido el abanico de aspirantes a la Alcaldía de Cúcuta. En ese conjunto las posibilidades de quienes estarán en la prueba son diferentes. 

Y la medición de la opción de cada uno tendrá que hacerse tomando en cuenta lo que se representa y ofrece. 

Ese conocimiento permitirá la precisión mediante un examen riguroso, sin contaminación de prejuicios que puedan llevar a la distorsión. 

Es la garantía de votar a conciencia y no bajo la presión de alguna dádiva de intención fraudulenta.

La elección de octubre debe ser la oportunidad de poner a Cúcuta en un nuevo rumbo, sacándola de la improvisación y el inmediatismo. 

Sería la construcción de una hoja de ruta, con metas articuladas a perspectivas viables.

El Plan de Desarrollo que debe presentar el alcalde elegido para su aprobación en el Concejo en cada período, no puede ser un listado de iniciativa repentista. 

Requiere estudio con sujeción a la realidad y las posibilidades, tomando en cuenta el mejor aprovechamiento de los recursos disponibles y no el cálculo dictado por el interés particular que se presta a los malabares de la corrupción.

Una hoja de ruta destinada a la construcción de fortalezas económicas, sociales y culturales en Cúcuta tiene que ser el resultado del reconocimiento de las necesidades de la población que la habita. Y en este hay que proceder con visión que trascienda el cortoplacismo y la fragilidad, a fin de que cuanto se haga sea un aporte al mejoramiento de las condiciones de vida de la gente. Lo que implica educación, salud y seguridad con los más altos niveles de calidad. Y esto mismo debe promover espacios de cultura con la mayor fluidez y fomentar el trabajo productivo.

La correcta planeación, articulada a todos frentes del municipio de Cúcuta es también solución a la pobreza y todas las brechas que afectan su normalidad. Es levantar barreras contra factores negativos que fracturan la vida colectiva.

Cúcuta debe ser gobernada con dinamismo emprendedor, lo cual exige un liderazgo con autoridad. Y ese líder debe tener temple suficiente por su capacidad de entendimiento y comprensión, por su decencia, por su talante ético aplicado al manejo de lo público y por sus convicciones democráticas que impidan el autoritarismo y el abuso en la gestión oficial.

Cúcuta debe ser una ciudad fértil para el progreso en términos de satisfacción de las necesidades esenciales de sus habitantes.

En la hoja de ruta de la ciudad otras prioridades son, la seguridad para la convivencia, la paz y la  tranquilidad y la protección ambiental contra todas las formas  de polución.

En  fin, las elecciones de este año deben darle a Cúcuta un alcalde a la medida de lo óptimo para la ciudad, con una hoja de ruta que no sean recetas deleznables.

Puntada

Está en marcha una estrategia de hostilidad contra la Justicia Especial de Paz. Viene de lo más alto y la finalidad es torpedear hasta donde más se pueda el acuerdo con las Farc, como si se quisiera volver a la guerra.

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