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Todos tienen su pedido.

El ataque con una bomba incendiaria a un grupo de policías en una de las calles de Bogotá y frente a las instalaciones de la cadena radial RCN es un ejemplo claro de los actos de vandalismo que fueron protagonizados por quienes participaban en las marcha de protestas organizadas por los estudiantes, bien sea que sus autores hayan sido estudiantes o personas ajenas a ellos, infiltrados con el propósito de crear desordenes, cuyos resultados son conocidos. 

 Los estudiantes tienen todo el derecho a protestar y marchar por las calles, eso está plenamente reconocido y no puede ser negada esa posibilidad para expresar su descontento. El motivo principal que originó esta movilización fue el déficit acumulado en el presupuesto asignado a la educación pública, lo cual significa que es un viejo problema que ha tenido que  asumir el actual gobierno, teniendo en cuenta que la problemática va más allá de la apropiación de dineros, porque se ha identificado que las soluciones pasan por la estructuración de una política de Estado que promueva la calidad y sostenibilidad de la educación superior.

 Las manifestaciones se han dado en las calles de varias ciudades del país y deberán conducir a una mesa de diálogo con el gobierno para buscar salidas consensuadas con la participación de los estudiantes y docentes en el intento de dar una respuesta efectiva al problema, lejos de la violencia y atropello que se ha visto hasta ahora.

 Los desfiles callejeros con etiqueta de protesta ampliaron su agenda al incluir el rechazo a la Ley de Financiamiento presentada por el ejecutivo que entre otras cosas pretende ampliar la base de cotización de los productos que hacen parte de la canasta familiar, con el fin de cubrir el faltante heredado del gobierno de Juan Manuel Santos.  Los sectores que hacen parte de la oposición son los que más se han hecho sentir de diversas maneras y su rechazo se ha trasladado a las calles con la consigna de estar allí durante los cuatro años de la presidencia de Iván Duque.

 La imagen de favorabilidad del presidente cayó según advierten las encuestas, lo cual se explica por lo impopulares que resultan las medidas que intentaría aplicar para conseguir los dineros con los cuales se puedan cubrir los faltantes.  La discusión en este tema ya se dio ampliamente en los medios de comunicación, le compete ahora al Congreso de la República dar los debates respectivos y respaldar o improbar el proyecto del gobierno central, que si se da esta última circunstancia deberá buscar la forma de recaudar los dineros que faltan.  

 Educación gratis, baja carga impositiva a los alimentos, los empresarios quieren una baja en sus tributos; todos tienen sus pedidos y anhelan subsidios, pero nadie nos dice de donde sacar el dinero para complacer a todos los que protestan. La educación, la salud y todos los otros servicios que deben ser garantizados por el  gobierno necesitan financiación y las fuentes de esta no es otra que aquello que es tan impopular y que tanto disgusta a los colombianos, los impuestos.

Domingo, 18 de Noviembre de 2018
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