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Autoridad, voluntad y compromiso

Es enorme la permisividad con los que de afuera han llegado, y no se les olvide, que la costumbre se hace ley.

El tema de ciudad es algo que nos compete y en lo que debemos insistir, no importa si de pronto nos volvemos repetitivos, pero hay que insistir  y desde todos los frentes, sobre todo a ver si el alcalde del momento o sus secretarios, toman decisiones sobre asuntos que no son, sino de autoridad y voluntad; no solo un alcalde es elegido para hacer obras, sino también para que ordene la casa. 

Ver el parque de Santander convertido en un chiquero, entregado a todo aquel que desee hacer en ese emblemático lugar lo que desee, lleno de largas colas para ir a cobrar sus giros, convertido en dormitorio público en horas nocturnas y que se les permita a la gente toda esa degradación de nuestro principal espacio público, a título de qué? Eso se combate con  voluntad, autoridad y compromiso.

Otro tema que nos agobia enormemente a los cucuteños a diario es el tema del vetusto y vergonzoso transporte público. Los taxis, ya todos sabemos como son con la gran mayoría de ellos, como cobran unos, el mal servicio que prestan otros, tienen paraderos en toda la ciudad, como por ejemplo el que queda diagonal al club de cazadores frente a la fundación Barco por citar un ejemplo, en clara violación a las normas y ¡ay del que se atreva a invadir sus paraderos¡  

Las busetas, en su mayoría, son generadores de un gran desorden y caos en la ciudad, en su mayoría, hago énfasis, muchos, son grandes contaminantes del ambiente, se paran donde se les antoja, van a la velocidad que quieren, son los dueños de la vía, de los calles, de las esquinas, de las bahías, en el cambio de semáforo, se atraviesan en las intersecciones, bloqueando al que tiene luz verde, los fastidiosos controladores que se atraviesan en la calle para hacer control, mientras los demás vehículos tienen que esperar; son estos autos una vergüenza en su interior, pobres los ciudadanos que a diario se ven en la necesidad de utilizarlas; ¿pero saben qué es lo más curioso? creo,  son los únicos exentos del control de tránsito. ¿Alguien ha visto algún día una buseta detenida en un retén, o por un policía de tránsito, por alguna infracción, o pidiéndole certificado de gases? De pronto estoy equivocado, pero jamás en mi vida he visto que se les haga control, no sabemos que pasa, pero lo que si sabemos es que parece tienen corona. Eso se arregla con autoridad y voluntad, claro, si las hay no? 

Otro tema que nos tiene cansados, es que los ciudadanos tenemos que mantener al estado por medio de la DIAN, que muy acuciosa implementa mecanismos para controlar al máximo la evasión, pero nadie ha implementado mecanismos para que esa platica no se despilfarre en corrupción. Toca que mantener todos los frentes de este país, con cuanto impuesto existe y ahora tenemos que mantener a los desempleados y emigrantes que son miles, ¿cómo la ven? Mantener a aquellos por los que el estado no hace nada y a aquellos, que a cuenta de no sé qué, les permitimos que al llegar a la ciudad, hicieran lo que se les antojara. Toca que mantener y soportar a los fastidiosos limpiavidrios, a los miles de maromeros, a los vendedores de todo en los semáforos, los que se tomaron los separadores en lugares nunca imaginables como el de las avenidas 9E y 11E del Colsag, Avenida Los Pinos y otras de importancia con toda clase de artículos.  Además a los que hacen que cuidan carros con un palo,  que están en las cuadras donde hay más de 4 autos con el agravante de que se molestan si no les dan dinero; esto se volvió una obligación, so pena de que su carro sea rayado o generalmente las damas agredidas, por que lo hemos presenciado. En fin la informalidad rampante y sonante. Es enorme la permisividad con los que de afuera han llegado, y no se les olvide, que la costumbre se hace ley.  Esto con VOLUNTAD Y AUTORIDAD se puede solucionar,  pero la hay?

Otro tema que nos agobia, el de los habitantes de la calle, es un problema que crece cada día, es un mal ejemplo para la juventud, pero se les ha permitido que su problema lo lleven a todos los rincones de la ciudad, teniendo como sedes principales, el canal Bogotá, y el  Malecón que hoy luce a oscuras y solitario gracias a estos personajes que viven a lo largo y ancho de la ribera del Pamplonita y que salen en las tardes y noches  hacer fastidiosos los ratos de esparcimiento de quienes visitan lo que todavía queda por ahí y a los que habitan en la zona, quienes pagan grandes sumas de impuesto predial y ven como sus inmuebles van perdiendo  valor por este flagelo y por la ausencia del estado, en este caso gobierno municipal, a quien hay que darle todo pero el nos lo devuelve a medias. Todo lo antes mencionado, mas todo lo que queda por mencionar, es simplemente falta de VOLUNTAD, AUTORIDAD y COMPROMISO de quienes elegimos para que la ejerzan en bien de nuestra ciudad. 

Viernes, 18 de Mayo de 2018
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