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Carlos Ramírez París
 Un cucuteño formado en las corrientes sociales de base de la ciudad, sin pergaminos presuntuosos, ni títulos.
Sábado, 14 de Marzo de 2020

En el acto de presentación del libro “Trompoloco” el visionario, del cual es autor el periodista Agustín Suárez Ramones, leí un artículo escrito en 2013, cuando se cumplieron 50 años de la designación de Carlos Ramírez París como alcalde de Cúcuta por el entonces gobernador Eduardo Cote Lamus.

Los siguientes son apartes del texto recordatorio.

Carlos Ramírez París fue un ciudadano casi del común. Un cucuteño formado en las corrientes sociales de base de la ciudad, sin pergaminos presuntuosos, ni títulos que le dieran privilegio alguno de propietario con poder de dudosa legitimidad. 

Un cucuteño hecho a pulso, autodidacta y visionario con la lupa de su inteligencia natural, irrigada de perspicacia y el añadido de lecturas que su conocimiento y dominio del alfabeto le fueron deparando en la vida.

Pero este mismo Carlos Ramírez París fue construyendo sus propias fortalezas. Una, su autenticidad. Otras, el carácter, como blasón de su sinceridad y su independencia; el trabajo como medio productivo de sustento vital; las querencias, como expresión de convivencia, de amistad o fuente de felicidad; la inconformidad, para no caer en la pasividad o en el rasero de lo fácil; la franqueza, para no dejar dudas respecto a lo que decía, sentía o hacía y el don de la malicia para no tragar entero y no ser proclive a trampas, ni dejarse embaucar por malabaristas de enredos, de prejuicios o de intereses que buscan imponerse por encima de la verdad o del bien común.

En este mismo medio, con los recursos de su formación, Carlos Ramírez París, se convirtió en uno de los protagonistas de la comunicación social y asume la aventura de hacer radio, para lo cual monta una emisora con los elementos básicos de una empresa de tal naturaleza. 

Nace entonces Radio Guaimaral, que habría de responder al lema de “Una chica para grandes cosas”. Se convierte en una tribuna cívica, abierta a la comunidad local. Desde su cabina se promueve un periodismo activo que informa de hechos cotidianos de interés público, como es la naturaleza de la noticia. Encuentran en ese espacio cabida quienes quieren contar cosas de ocurrencia cotidiana u opinar sobre las mismas. Se suman voces de diferentes matices y encuentran allí cabida, el deporte, la política, las actividades económicas, la cultura, el movimiento comunal y todo cuanto acontece en la Cúcuta que se desarruga, crece y se consolida como centro urbano de renovada dinámica.

Pero más que un político, era un dirigente natural, con ideas que buscaban salir de los atrasos y articularse a las corrientes de cambio y de progreso que estaban en curso o impulsadas por los sectores que entendían la democracia como una causa de lucha contra la inequidad y la pobreza.

Conocido por sus posiciones en defensa de la región y su querencia a Cúcuta, Eduardo Cote Lamus, con la investidura de Gobernador de Norte de Santander, nombró a Carlos Ramírez París Alcalde de Cúcuta en 1963. 

Puntada

Las versiones sobre los entronques del llamado ´Ñeñe´ con sus compinches políticos son un escándalo. Pero lo importante es que la justicia deje en claro la verdad. Hay que destapar lo que sea.

ciceronflorezm@gmail.com 

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