Los aficionados al futbol tenemos envidia de la buena al ver la actuación del seleccionado 

Peruano en la Copa América: hizo lo que nos hubiera gustado que hiciera el equipo colombiano: mostró casta, ganas, hombría, berraquera y todos los atributos que hacen grandes, inmenso, a un equipo deportivo que se presenta en una confrontación internacional en la cual debe demostrarse el progreso alcanzado por los participantes en cualquier disciplina, sobre todo en aquellas donde es necesario mostrar los atributos que diferencian a la montonera de los escogidos.

El equipo colombiano mostró una vez más, que nos hacen falta muchos atributos para ganar una copa o para coronarnos campeones mundiales, siempre nos pasa lo mismo, nos faltan cinco centavos para el peso. Si no es que un jugador comete autogol o que el portero se deja meter un gol, lo que puede pasar, y pasa, es que algún personaje bota el penal o el portero sale a cazar mariposas y le meten un gol. De todas formas, sufrimos una decepción y regresamos a Colombia con el rabo entre las piernas. Como será de absurda nuestra suerte que un portero que nos costó un gol perdió su abundante cabellera, que aposto a que seriamos campeones.

¿Qué se debe hacer para cambiar el destino? No es fácil. En primer lugar, enseñarle a los deportistas que nos representan en el exterior que no hay nada gratis y que las victorias hay que lucharlas, con corazón y amor patrio. Da grima ver a jugadores asustados, sin tener la voluntad de mostrar sus facultades y sus conocimientos. Ver un equipo colombiano asustado, sin temperamento, no es lo mejor para todos los aficionados a un deporte. Queremos ganar o hacer una buena presentación, pero necesitamos cambiar la mentalidad de quienes nos representan de mala manera. Si no se sienten capaces, lo lógico es decirlo y evitarnos una vergüenza.

Los deportistas colombianos deben cambiar su mentalidad y demostrar las facultades que tienen todos los buenos ciudadanos. Obviamente, es necesario ir a la lucha como si fuera una guerra y en eso nos dieron ejemplo los futbolistas peruanos, que luego de perder salieron a su siguiente compromiso con ganas de victoria. Y ganaron.

Ojalá en la próxima confrontación no nos hagan falta los cinco centavos para el peso, sino que, por el contrario, produzcamos temor por nuestra superioridad. No podemos olvidar que Colombia, como dijo el poeta, es tierra de leones. GPT