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Colombia metropolitana
Son 10 grandes áreas metropolitanas encabezadas por Bogotá.
Viernes, 2 de Agosto de 2019

De acuerdo a los resultados del último censo (2018), las áreas metropolitanas “reales” en Colombia agrupan ya prácticamente el 50% de la población colombiana, mostrando la importancia que tienen en Colombia. Y hablamos de áreas metropolitanas “reales”, para distinguirlas de las jurídicas que hay en el territorio nacional, refiriendonos a zonas municipales conurbadas con flujos de bienes y personas continuos en ambas direcciones, usualmente lideradas por un centro grande.

Son 10 grandes áreas metropolitanas encabezadas por Bogotá, que no tiene vida jurídica: son 8,5 millones de residentes, siendo Bogotá el gran centro con 7,5 millones. Le sigue el área metropolitana del Valle del Aburrá, ésta sí con existencia jurídica, con una población de algo más de la mitad de Bogotá. Le sigue Cali, con un poco más de la mitad de residentes de la del valle de aburrá, pero con una particularidad: agrupa municipios de dos departamentos, Valle del Cauca y Cauca. En quinto lugar, se ubica el área metropolitana de Bucaramanga con menos de 1,2 millones de habitantes, seguido por la sexta área metropolitana que es Cúcuta con cerca de un millón de habitantes. Cúcuta es una de las dos conurbadas binacionalmente, aunque la conurbación con eje Ipiales-Tulcan es de apenas un cuarto de millón de habitantes. Pero un fenomeno aun mas interesante lo forman las regiones metropolitanas, de las cuales dos se perfilan claramente: el eje caribe de Santa Marta a Montería (muy concentrada en el eje Santa Marta-Cartagena), que agrupadas superarían en población a la segunda, con centro en Medellín, y el eje cafetero, cuya consolidación la pondría entre Cúcuta y Bucaramanga.

¿Y porque es importante la población? Porque existe una relación, obviamente no lineal, entre población y riqueza, donde ésta última afecta en positivo o negativo las tasas de natalidad, y en especial, la tasa migratoria. 

Es importante analizar como vienen creciendo estas conurbaciones. La de mayor crecimiento interanual entre las grandes conurbaciones del país entre los censos de 2005 y 2018 es la del Valle de Aburrá (0,90% interanual), seguida de Bogotá con 0,85%. Lo interesante es que las ciudades centrales de Medellín y Bogotá tienen crecimientos modestos (entre 0,4% y 0,5% interanual), por lo que el crecimiento se da en los demás municipios. Hay casos extravagantes como el de Soacha en Cundinamarca, que creció un 3,78% interanual, por lo que dobló su población en 13 años; lo grave es que esto parece obedecer más a asentamiento de migración pobre venezolana, que a crecimiento económico real local. El Área Metropolitana de Cúcuta creció un 0,78% interanual y la de Bucaramanga un 0,71%; crece más rápido la ciudad de Cúcuta que la ciudad de Bucaramanga. Pero otra vez el crecimiento lo dan los municipios diferentes de la capital. Villa del Rosario crece un 2,27% interanual explicado también por asentamiento de la migración venezolana. Y de manera preocupante, decrecen las áreas metropolitanas de Cali, Pereira y Armenia, mostrando que sigue vivo un fenómeno que ha tapado el caso venezolano: la emigración de colombianos, especialmente a España. Decrece también la población cartagenera y la de las poblaciones en la frontera con Ecuador. Si tocará hacer un gran resumen de los 13 años entre censos, se podría decir que el país se notó estancado ¿Será coincidencia que entre los dos censos estén los 8 años de gobierno Santos?

En lo que nos afecta, el área metropolitana binacional conurbada de Cúcuta (AMCC) es un centro aislado geográficamente. Pero buscar romper ese aislamiento hacia el centro, específicamente hacia Bogotá obligaría a “pagar peaje a Bucaramanga”, y seguiríamos de todos modos, sin conexión marítima directa. Para salir al caribe y al pacifico, nuestras alianzas lógicas son con Barranquilla y Medellín, y deberíamos, para eso, conectar con el Magdalena medio mediante un sistema sosteniblemente competitivo de transporte: un tren eléctrico (para paso de cordillera) paralelo a la vía a Ocaña con llegada al puerto fluvial de Gamarra, y paralelo también a la línea de alta tensión Ocaña-Cúcuta. Pero mientras eso se da, si se da algún día, debemos fortalecer nuestra relación con esas dos áreas metropolitanas, entendiendo que, por su parte, Bucaramanga, más que un socio, es un competidor; lo ha sido históricamente, desde que Cúcuta empezó a perder importancia con la llegada de la bonanza cambiaria y el olvido de la planeación.

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