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Corrección sí, pero sin chancleta

Jamás he visto a una madre leona, tigresa o ballena.

Jamás he visto a una madre leona, tigresa o ballena; a unos padres pingüino emperador, mono búho o cualquiera de la multitud de animales que presentan en los canales de televisión por suscripción, golpear a las crías como método de castigo o enseñanza. Para no ir tan lejos, en mi entorno, nunca he visto a una perra pegándole a los cachorros porque hicieron o no hicieron algo.  

Ese método de corrección que no incluye correazos, chancletazos, chucazos, patadas, puños, cachetadas, etc., que emplean las otras especies animales, es bastante exitoso. Lo demuestra el hecho de que, por ejemplo, los leoncitos y leoncitas cuando adultos son excelentes cazadores

Ahora bien, que la única especie racional sobre la Tierra, (y que nos jactamos hasta la saciedad de repetirlo), recurra al maltrato físico para corregir o reprender a los hijos, es una verdadera vergüenza y algo inaceptable. Quizá, esa además de estúpida y retrograda idea de a los hijos educarlos con golpes, precisamente, surgió en el momento que nos volvimos seres pensantes, por allá hace varios millones de años.

Y que los padres sigan manteniendo ese método, deshonra y desprestigia todavía más eso de excepcional y único que, supuestamente, tiene la racionalidad: encontrar, siempre, otras maneras mejores y más buenas de hacer las cosas. Golpear a un hijo para corregirlo o castigarlo, es el más claro fracaso de esa condición especial que nos da ser seres humanos. Y nos aleja aún más del buen ejemplo que nos dan los otros animales, esos que sí parecen los verdaderos racionales.  

Esta ampliamente demostrado por sicólogos, sociólogos y otros expertos que, muchos niños al crecer y ser padres, reproducen en sus propios hijos el maltrato que sufrieron. Hay que cortar esta práctica perniciosa que perpetúa y fomenta la violencia dentro de los hogares y la extiende al mundo entero. 

Realmente, es incomprensible que un ser racional tenga que recurrir a la violencia para educar o reprender a un hijo.  Es el triunfo de la barbarie sobre la razón, de la fuerza sobre el argumento. Por suerte, la humanidad, que a pesar de todo, da pasos hacia adelante, desde hace algunos años atrás viene cayendo en cuenta en lo bestial de eso, y cada día toma más fuerza esa progresista idea.  

Algunos de los encargados de hacer las leyes en Colombia, creen que el país debe dar ese paso. Con este fin han presentado esta propuesta para su estudio y aprobación al Congreso. Por otro lado, en tiempo normal el Congreso poco trabaja, en esta época de pandemia, la plata del sueldo prácticamente se la estamos regalando. Sin embargo, si pasa y es aprobada la ley que busca penalizar el castigo físico a los hijos, me daré por bien servido. Ya es hora de que los padres y madres, se esfuercen un poquito para que encuentren formas de educar y enseñar sin tener que maltratar y violentar el cuerpo de sus críos, como dicen los españoles. 

Mientras escribo esta columna editorial, este proyecto de ley se tramita en el congreso. Ojalá llegue a buen término. Para construir una mejor sociedad hay que eliminar toda forma de violencia. Y, desde luego, esta descarada y vergonzosa aplicada de los padres a los hijos, también. Que el 2020 no solo sea recordado como el año de la pandemia, sino como en el que se le puso fin al abuso de los padres. 

Miércoles, 1 de Julio de 2020
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