Esto de hablar de institucionalizar las entidades municipales, crea prevenciones en la medianía. Y cuando uno enfrenta estos temas con obsesión, provoca reacciones primarias en los hombres ambiciosos y narcisistas.  Pero hay que tocarlos, cuando uno enseña el estudio del poder, que es como la esencia de la ciencia política. Por ello me tiene sin cuidado la agresividad de los repitentes y la de los iniciados, que por las redes me dicen que soy muy complicado.

Pero es que ningún aspirante a la gerencia del poder puede confesar por anticipado su fracaso con el pretexto de andar como la mujer de Lot mirando para atrás, so pena de convertirse en un pilar de sal. A los muchachos que estudian Ciencia Política les enseñamos a no mirar atrás, por la elemental razón que a uno lo eligen para gerenciar el presente y el futuro, y el pasado es solo un referente para rectificar o para que los órganos de control castiguen. Y les agregamos, los que miran para atrás lo que confiesan es ineptitud.

Obviamente, a muchos no nos gustó esa confesión de parte de los concejales que en un ingenuo pero torpe golpe de estrategia postular, gritaron a los cuatro vientos que Cúcuta estaría endeudada por 12 años, vale decir por tres administraciones. 

Pero bueno a esas declaraciones impolíticas y antihacendísticas nos referiremos en la otra salida, por ahora sigamos con la evolución de la utilización de la valorización con la cual del expresidente Barco modernizó y transformó a Bogotá, a la cual no renunciaron nunca sus sucesores como: ¿Emilio Urrea, Jaime Castro, Albán Holguín, Palacios Rudas, Durán Dussàn, Andrés Pastrana, Anthanas Mockus, Peñaloza y el gran Petro? ¿Se habría quedado Bogotá reducida en su crecimiento a la avenida 68, por miedo al futuro y a la inversión por valorización?

De 1921 en materia de valorización saltamos a la Ley 113 de 1937, considerada avanzada porque incluía como valorizados los predios que alcanzaban a conocer la pavimentación. ¡Ley curiosísima que destinó como auxilio la suma de $!00.00. para Cúcuta entre otras seis ciudades.

Luego la Valorización fue cogiendo más entidad y se expidió la Ley 1ª de 1948 que era un recaudo de destinación específica.

Adenda: Grave la confesión de la Contraloría Departamental y la de la Honorable Asamblea que revela sus miserias recíprocas y las decisiones políticas. 

¿Cómo encontrar responsables fiscales con esos patrones?