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A cumplir lo prometido

Los retos para el presidente electo son complejos.

Colombia votó y eligió un nuevo presidente de la república después de una campaña plagada de  noticias falsas que ayudaron y perjudicaron a casi todos los candidatos, demostrando que realmente el debate político de ideas y propuestas no fue el factor determinante que motivó a los colombianos a votar por su opción para regir los destinos del país por los próximos 4 años.

Así es la democracia, como diría Winston Churchill: “es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”, por eso se debe aceptar el resultado de la decisión de las mayorías, las cuales determinaron en segunda vuelta que el presidente fuera Iván Duque quien obtuvo más de 10 millones de votos que respaldaron su legítimo triunfo.

Los retos para el presidente electo son complejos, y más teniendo en cuenta que casi 9 millones de colombianos no lo apoyaron en las urnas, unos votaron en blanco y otros por Gustavo Petro, quien proponía un proyecto político diametralmente opuesto a lo que Duque representa.

Ya la campaña terminó, se debe apoyar al nuevo presidente en los proyectos que realmente convengan al país y realizar una oposición constructiva sobre los asuntos que puedan ir en contra de los intereses de grupos vulnerables. Personalmente no me preocupa Iván Duque, me preocupan algunas de las personas que lo rodean y que pueden tener una influencia negativa en el interés manifestado por él desde su triunfo, como el de unir al país, gobernar para todos los colombianos y luchar de frente contra la corrupción.

Si hubo un departamento en el que Duque arrasó electoralmente fue en Norte de Santander, con el 78% de la votación en segunda vuelta, que le representaron casi medio millón de votos. La situación crítica de Venezuela y la llegada masiva de venezolanos desplazados por la falta de oportunidades en su país fue determinante para rechazar mayoritariamente a cualquier candidato a la presidencia que no fuera de derecha pura y dura, o que al menos lo expresara durante la campaña.

Ahora bien, esperamos que ese apoyo mayoritario recibido en el departamento se vea reflejado en obras de infraestructura, inversión social y políticas públicas en emprendimiento y generación de empleo que tanto lo necesita, sobre todo en Cúcuta que desde hace varios meses sigue siendo la ciudad con mayor desempleo del país y una de las más inseguras, en parte por la llegada masiva de venezolanos a la ciudad sin oportunidades de ningún tipo.

Mejor oportunidad no tiene el presidente electo para poner en marcha su plan de gobierno en Norte de Santander, su famosa “economía naranja” que bien encaja en una región que históricamente ha vivido del comercio y que su industria precaria no da para impulsar la economía, son el laboratorio perfecto para ejecutar su política económica y de paso devolverle atenciones al departamento que porcentualmente más lo apoyó para que llegara a la presidencia de Colombia.

Solo queda decirles a los líderes del Centro Democrático en Norte de Santander y los que se eligieron por este partido para el Congreso de la República, que ejerzan ese liderazgo e intercedan para que les cumplan a los habitantes del departamento más uribista de Colombia, ¡que bastante lo necesita! 

@ClavijoAndres83

Miércoles, 4 de Julio de 2018
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