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Columnistas
Daño progresivo
No es justo que los ciudadanos paguemos impuestos y critiquemos a la administración.
Sábado, 18 de Mayo de 2019

Durante varios días, he observado las incómodas prácticas que utilizan las empresas que distribuyen gaseosas en todas sus líneas, siendo Coca-Cola y Postobón, las más posicionadas empresas del mercado.

Comentaba, que abusan del espacio público y sus contratistas, generan condiciones de riesgo tanto para los peatones como para los demás conductores, cuando transportan varias cajas de sus productos en pequeñas carretas, con excesos de carga y dimensiones.

En esta oportunidad, expondré lo que a diario sucede con lo poco que queda de carpeta asfáltica en nuestra ciudad, por cuanto los vehículos en los cuales se realiza el transporte de la gaseosa en todas sus presentaciones, además de estar matriculados en otros municipios diferentes a los organismos de tránsito de Norte de Santander, transitan con más de diez toneladas de peso y por consiguiente se convierten en parte de la causa de deterioro de la infraestructura de rodamiento vehicular. 

El tema sale debido a imágenes que me envió un buen amigo, en la cual se distinguían entre otras, las placas WFH-028, WFH - 033 de Mosquera, XMC-268 de Bucaramanga, TRN-713 de Bello, SCH-729 de Girón. 

Pude haber llenado el espacio de la columna con el significativo grupo de automotores, pertenecientes a los contratistas de las grandes “colas”, causantes del deterioro prematuro de la carpeta no solo por la carga transportada sino por el efecto producido en cada frenada.

No es justo que los ciudadanos paguemos impuestos y critiquemos a la administración, cuando no solo los vehículos antes citados sino también, los que realizan el transporte de Valores, las Cervezas, en fin, casi todas por no decir que todas, dejan los dineros de rodamiento en otras ciudades y no en aquella que sufre el daño en las vías.

La muy lamentable problemática del vecino país, tocará fondo y resurgirá a su debido tiempo, situación que ya perciben los grandes emporios financieros, representados en tiendas que venden productos de la canasta familiar a precios un poco más cómodos que los tradicionales supermercados de grandes superficies.

Ellos, serán nuevamente lo ganadores de billonarias utilidades que son transferidas a otras ciudades y países, mientras tanto, los residentes y sus administradores, nos contentamos con unos cuantos empleos de muy bajo perfil y a cambio, reducción de impuestos y otros estímulos que son aprovechados por dichas empresas. 

Lo lamentable, es que cuando eso suceda, la llegada de camiones de otras ciudades se multiplicará por cincuenta, mientras tanto nuestras vías sufrirán un daño progresivo, sin solución en el corto y mediano plazo.

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