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De encuestas y otros espantos

Debe ser un campanazo de alarma, la sola posibilidad que el señor Petro acceda a la primera magistratura de la nación.

Sin desconocer, ni mucho menos, que una encuesta no es un reflejo directo de la realidad, y los resultado finales superan la ficción generada por la encuesta previa, como ocurrió con la firma Invamer que dio con casi un 70% al SI en el plebiscito su triunfo, y ahora da “por seguro ganador” al candidato Petro en las próximas elecciones para Presidente en nuestro país, sí resulta una paradoja aterradora el resultado de estos sondeos.

Aterra los bombos y platillos, con “expertos analizadores” incluidos, la divulgación que un medio como Caracol le está dando a estos resultados casi atribuyéndoles una certeza del todo irresponsable, sin saberse a ciencia cierta con qué intencionalidad, pues la firma encuestadora en mención ha quedado muy mal parada en el pasado con sus predicciones.

Sin embargo, debe ser un campanazo de alarma, la sola posibilidad que el señor Petro acceda a la primera magistratura de la nación. Con mucho el más incompetente alcalde que ha tenido Bogotá en toda su historia, cuyos problemas heredados le estallaron la semana pasada en las manos al actual alcalde con la irresponsabilidad dejada por este señor en la recolección de basuras, donde, empleados de Aguas de Bogotá, atentaron de manera irresponsable contra la salubridad de la capital del país.

Un personaje que impúdicamente ha apoyado el Socialismo del siglo XXI que acabó con Venezuela, amigo personal de Chávez y Maduro, y cultivador de sus desastrosas políticas, que sin ninguna duda, tratará de imponer en Colombia, como sea, por la fuerza si es necesario, como lo ha demostrado con su carácter autoritario y petulante.

Así que seamos prudentes pero contundentes en nuestra próxima elección, tomemos con inteligencia estos resultados que de ser ciertos serian calamitosos para todo un país, de por sí ya sumido en una aguda crisis de confianza, desinstitucionalización, pérdida de autoridad y corrupción estatal desbocada.

Lo han advertido muchos analistas serios, para que después no nos digan “se los dijimos, se los advertimos”. En este desorden propiciado por un gobierno abocado solo a respaldar  el acuerdo con las FARC, donde no se percibe que el resto de gravísimos problemas tengan la más mínima atención, está calando peligrosamente el discurso y la imagen de un populista, demagogo, inepto e inescrupuloso personaje, especialmente dentro de la franja más joven de potenciales votantes, jóvenes idealistas que desconocen el pasado y la terrible realidad que se está dando en el vecindario y estarían dispuestos a elegirlo.

Es por lo anterior que los candidatos que de verdad tienen propuestas serias, reales y están dispuestos a luchar por nuestra democracia están en mora de cambiar su discurso, su estrategia, la transmisión de su mensaje a estos jóvenes ansiosos por encontrar una esperanza real a los problemas que nos agobian a todos, pero en especial a ellos, demostrando y comprometiéndose a un cambio absoluto en las costumbres y en la manera de gobernar. Por eso es que su mensaje no es creíble y optan por saltar al vacio con un tipo como Petro.

No debemos olvidar también, que buena parte de la responsabilidad para poner en la palestra pública a este candidato se le debe a los mismos Tribunales colombianos, como el Consejo de Estado, que le quitó todas las justas sanciones que tenía por sus decisiones ilegales como Alcalde, y a la misma Contraloría que lo salvo de las sanciones fiscales para que sin ninguna restricción pudiese ser elegido. Todo esto deja una sensación extraña de las decisiones antes mencionadas.

Sábado, 10 de Febrero de 2018
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