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De los termómetros y otras mediciones
La carne que consumimos en el área metropolitana solo puede provenir de dos plantas de sacrificio.
Domingo, 16 de Abril de 2017

Los sistemas de medición se inventaron con el propósito de zanjar diferencias entre apreciaciones, las que siempre  pueden  resultar subjetivas y estar al vaivén  de quien las emite; hace calor, fulanito esta gordo, zutanito es alto o la llanta está inflada. 

Para esos propósitos, útiles resultan el termómetro, la báscula,  el metro o el calibrador. 

Ahora bien, para hacer precisiones sobre un tema que resulta un “tris” más complejo, como lo es el ingreso ilegal de carne en canal y ganado en pie desde Venezuela, surgen discusiones interesantes, como por ejemplo determinar cuál es el nivel de consumo normal de carne en el área metropolitana de Cúcuta y así tener un correcto punto de referencia en cuanto a poder evaluar las campañas que pretenden controlarlo. Secretaria de Hacienda por ejemplo, tiene una visión más “vegetariana” de sus habitantes y precisa que los metropolitanos consumimos 50 toneladas al día, cifra que contrasta con los consumos promedio nacionales, que según guarismos oficiales (kilogramos por habitante año y población)  nos asignan en lo local algo así como 80 ton día. 

Propongo en consecuencia colocar el termómetro a fin de precisar, por lo menos en términos legales, cual es la carne que consumimos y así saber con claridad cuanta nos ingresa irregularmente  por los puentes, las trochas y al final hasta por las autopistas y a plena luz del día.

Si me equivoco, por favor que alguien me corrija: la carne que consumimos en el área metropolitana solo y solo puede provenir de dos plantas de sacrificio ubicadas; una  en Villa del Rosario -  Frigofrontera -  y otra en San Cayetano  - Friogan. 

Pues bien, atérrense, los sacrificios allí registrados en los casi veinte meses que lleva la frontera intervenida, son los más bajos en los últimos 10 años y en promedio las dos no superan las 12 toneladas día, esto es 60 animales día.

En concreto, si acudimos a las cifras del Tesoro Departamental, estaríamos hablando de un ingreso ilegal cercano al 75 %, pero si la referencia es tomada de los datos del DANE se demostraría que casi el 85 % de la carne que consumimos tiene dudosa procedencia. En cualquier caso la hipertermia es evidente.

Parecería, así las cosas, que las autoridades no hacen nada por evitar tamaño delito y no es así. 

A diario nos enteramos por la prensa hablada y escrita sobre el hallazgo de mataderos clandestinos y decomisos de carne que es transportada en todo tipo de vehículos. Es más, con el liderazgo de la Policía Nacional y la misma Secretaría de Hacienda se realizan permanentes reuniones de coordinación, a las que además de los ganaderos asiste el ICA, la DIAN, el INVIMA, FRIGOFRONTERA, FRIOGAN e IMSALUD entre otros. 

Como ustedes, yo no “acato” a entender que es lo que ocurre y siempre termino como que dándole la razón al amigo escéptico, que frente a mis “cuitas” me dice con lastimera franqueza: “eso Hoyos, no lo arregla nadie”. 

Triste conclusión, si se tiene en cuenta los esfuerzos profesionales y hasta heroicos de muchas personas que por mi oficio gremial he podido conocer, incluidos quienes erradicaron la Fiebre Aftosa del territorio nacional.

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