Siempre en la vida encontraremos tres clases de personas.: 

Los que debieran hacer las cosas

Los que hacen las cosas 

Los que critican a los que hacemos las cosas. 

Ten en cuenta que cuando ya algo se hizo, aparecerán muchos a decir que pudo haber sido mejor. 

Por eso, prefiero estar de lado de quienes valoran la iniciativa de las personas. 

De quienes hacen aquello que nadie se ha atrevido a hacer. 

Pero te aclaro que, si eres de ellos que se atreven a romper el molde y hacer las cosas diferente al común de la gente, debes prepararte para las críticas, y saber que vas a ser juzgado. 

¿Porqué?

Porque decidiste ser diferente; porque tomaste otra opción; porque ya no ves el mundo de la misma forma y porque decidiste vivir la vida a tu manera. 

Y, además; Porque las personas a tu alrededor pueden perdonarte cualquier cosa, menos que tengas más éxito que ellos. Recuerda que muchos desean tu prosperidad en tanto no seas más próspero que ellos. 

Muchos desean que te levantes, pero prefieren verte sufrir. 

Aprende a identificar a aquellos que te ofrecen ayuda, pero te hacen pistola con los dedos de los pies. 

Ten presente que tu crecimiento espiritual le puede incomodar a los demás; pero siempre recuerda también que tu conexión y tu manera de hacerlo es entre tú y Dios. No entre tú y ellos de todos modos. 

Agradece las críticas por destructivas que sean para tu ego, al final quizás traigan algo de verdad y desde ese lugar del banquillo te ayuden a perfeccionar tu iniciativa de mejorar el mundo. 

Honra tu idea de liderar tu vida desde lo correcto y lo justo realizando cada día acciones de Amor. 

Orienta tu vida desde el Amor y también la de los tuyos en tu hogar, honrándoles con lealtad y sintiéndote orgulloso y pleno de deshacerte del rótulo social y profesional con que te ha marcado el mundo hasta hoy. 

Quizás tu luz le fastidie a los demás, pero brilla de todos modos desde adentro hacia afuera. 

Considera siempre que para que la obra teatral de tu existencia tenga un verdadero sentido, deberá contar con un antagonista, un adversario o un oponente llamado Ego, que debe cumplir su rol; probarte una y otra vez. Y para esto utilizará trampas, atajos, distractores, elementos para opacar tu luz y oscurecer tu conciencia; y también usaraá a personas que tú llamaras enemigos, pero que sólo están allí cumpliendo también su rol en esa parte del guion escrita por el ego. 

Cuando hayas purificado tu historia y transformado tu vida a través del Amor, la gratitud, el servicio, el perdón y sientas que tu vida es un lienzo en blanco, ten presente que muchos querrán trazar líneas sobre él; pero recuerda que el pincel está en tus manos y la inspiración en tu corazón, y en tu corazón es donde habita el Amor. 

Cuando amas, tienes que abandonar todos los conceptos que mantienes sobre ti mismo. Cuando amas, no puedes ser el ego, porque el ego no permite el amor, porque son polos opuestos. Si te decides por el ego no podrás decidirte por el amor. Si te decides por el amor, tendrás que abandonar el ego.  Y eso, a algunos les produce miedo. 

Sí. Increíblemente produce miedo despegarse del ego. Así de fuerte es la dependencia que crea en nuestras mentes ese oponente de la felicidad. 

El Amor en cambio, te da todo, te abre las puertas a la plenitud. Sin amor la vida no tiene sentido. Sin amor, no hay poesía. Sin amor el árbol existe, pero no florece. Con amor tu casa se convierte en templo. Con Amor te haces sólido. Con amor empieza a surgir tu alma. El ego desaparece y surge el alma. 

Pero considera en ese caso que el camino entre el ego y el amor es una opción. 

Por eso me atrevo a asegurarte que la mejor opción es el Amor. 

Ten en cuenta que si para ti está bien el camino del amor que elegiste, es suficiente. 

Los demás siempre tendrán la opción de amarte con tu nuevo yo, o añorar que el que dejaste de ser. 

Recuerda que todo santo tiene un pasado y todo pecador un futuro. 

No tienes que ser santo. Tan solo elegir ser una de esas personas que hacen las cosas. 

¡Hakuna Matata!
JMC