La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Del celibato clerical
El año pasado el papa Francisco dijo que el celibato clerical, o sea, el voto que obliga a los sacerdotes a permanecer solteros, no es un dogma de fe.
Lunes, 4 de Marzo de 2019

De la tertulia con un amigo y paisano sacerdote surge el interés de referirme a esta institución predominante en la Iglesia Católica, de la cual, en los últimos tiempos, se impone una corriente que exige su eliminación.

Recuerdo muy bien que recién posesionado Jorge Mario Bergoglio como papa Francisco, en honor al santo de Asís, una de sus primeras propuestas fue la eliminación de la institución del celibato clerical. Pero no pasó de ser una simple propuesta porque pronto hizo silencio. Esto último no tiene nada de raro si tenemos en cuenta que desde 1978, con ocasión de los sucesos que rodearon el fallecimiento del papa Juan Pablo I, el mundo ha tenido acceso a información privilegiada sobre intimidades del Vaticano hasta desembocar en los mismos hechos que provocaron la renuncia del papa Benedicto XVI. 

Los vaticanistas, los periodistas especializados en el Vaticano, libros que todo lo divulgan, redes sociales, algunos periódicos como Corriere della Sera y L'Osservatore Romano y las mismas declaraciones del Papa mantienen informado al mundo y a sus fieles sobre lo que sucede en ese Estado, principalmente con los dos últimos pontífices. Así las cosas, hoy se puede tratar libremente este tema que antes era tabú.

Es el mismo papa Francisco quien ha dado declaraciones contradictorias sobre esta institución fuertemente arraigada -desde los tratados de Letrán- en la institución que dirige, y que en el fondo, para muchos conocedores del tema, el celibato tiene un fundamento económico, pero también tiene un efecto colateral desastroso, que al eliminar dicho instituto corregiría en sumo grado el desprestigio que deteriora lenta y no tan imperceptiblemente a la Iglesia Católica, con mayor razón en esta época de tanta deserción de aspirantes u ordenados y de escasez de candidatos a seminaristas.

El año pasado el papa Francisco dijo que el celibato clerical, o sea, el voto que obliga a los sacerdotes a permanecer solteros, no es un dogma de fe, es decir, es no es una verdad absoluta, irreversible o intocable como la resurrección de Cristo, sino una regla de la Iglesia, es decir, modificable. Una cosa es que por una u otra razón no esté en la agenda papal por ahora, y siempre he pensado que por razones ajenas a la voluntad del Papa no se haya podido avanzar, pero, por lo menos, ya lo planteó. Seguramente las nuevas generaciones de sacerdotes tengan otra mentalidad y, además, tengo entendido que las Iglesias Católicas orientales no practican el celibato y son prósperas. 

Temas del Día