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Del dicho al hecho

Ante esta delicada situación, el gobierno estadounidense anunció el retiro de su personal diplomático que aún permanecía en Caracas.

Esta primera quincena de marzo ha sido de grandes acontecimientos y contrastes. Mientras crecía la inquietud por el silencio de Maduro ante el retorno de Guaidó a Venezuela, pese a las advertencias de su captura, la oscuridad se apoderó de la mayor parte del territorio venezolano, el agua se agotó, el gas no llegó, la gasolina se esfumó de las estaciones de combustible, el transporte se paralizó, los alimentos escasearon y los servicios hospitalarios colapsaron. 

Ante esta delicada situación, el gobierno estadounidense anunció el retiro de su personal diplomático que aún permanecía en Caracas. Aquí tomaron vigencia las profecías de Diosdado Cabello, ante la negativa del gobierno estadounidense de cumplir las 72 horas de plazo dadas por Maduro para el retiro de los diplomáticos gringos, el pasado 22 de enero: “Si los diplomáticos no aceptan la orden de Nicolás, a lo mejor se va la luz en ese sector donde está la embajada y no llega el gas”. Lo malo es que aquí pagaron justos por pecadores.

Y en esta ola de contrastes, el cielo se oscureció para una de las empresas de más alto vuelo en el mundo, Boing Company. Esta multinacional estadounidense, con 153.000 empleados, es la mayor fabricante mundial de aviones comerciales y gran contratista del Pentágono con sus jets militares, misiles y satélites. Pese a su alto posicionamiento, Boing recibió esta semana una histórica sanción internacional al prohibírsele a las aerolíneas el vuelo del Boing 737 Max, como consecuencia de los accidentes en Indonesia y Etiopía en seis meses con un saldo de 346 muertos. 

Entre las sanciones está el anuncio de una investigación por parte del Congreso de Estados Unidos para comprobar la seguridad de estos aviones.  

Todo esto ha llevado a que el valor de mercado de las acciones de Boing Company perdieran en solo dos días (martes y miércoles) más de 27.000 millones de dólares

Pero los problemas de transporte de pasajeros y carga no solo son aéreos, pues en Colombia la situación se agrava ante el problema de orden público que se vive en las vías del sur causado por la minga indígena.  

Viernes, 15 de Marzo de 2019
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