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Desánimo
La canciller María Angela Holguín señalaba por estos días que 180.000 hermanos del vecino país habían cruzado legalmente la frontera y estaban registrados aquí. 
Martes, 8 de Agosto de 2017

Las elecciones presidenciales en Colombia del próximo año están tomando una dinámica cada vez más preocupante, en las que incluso el tema migratorio comenzará a jugar un papel determinante. 

Hoy la pregunta que trata de encontrar una respuesta en toda conversación en nuestro país, es la del número real de venezolanos que han cruzado la frontera desesperados por la situación de crisis en su país. 

La canciller María Angela Holguín señalaba por estos días que 180.000 hermanos del vecino país habían cruzado legalmente la frontera y estaban registrados aquí. 

La directora del Observatorio de Paz de la Universidad Javeriana le ripostaba expresando que en realidad la cifra podría acercarse a más de 600 mil venezolanos, e incluso, en un debate con el senador Andrés Cristo, se alcanzó a hablar de más de un millón de migrantes que están viviendo en varias ciudades nuestras. 

Ya podemos estar hablando del más importante efecto demográfico y poblacional que ha podido recibir Colombia en toda su historia. 

De entrada puedo decir que estoy de acuerdo con que Colombia le dé el apoyo que razonablemente y conforme a nuestras propias posibilidades estemos en capacidad de proporcionarle a Venezuela. 

Tenemos una hermandad histórica y cultural que no podemos evitar. Entre la mayoría de nosotros, como sucede en mi caso, tenemos familiares que viven del otro lado de la frontera y que viven esta tragedia. 

Todo ello es cierto, pero esa inmigración está generando temor y preocupación en Colombia. 

El tema de que aquí en Colombia tenemos serios problemas económicos, de desaceleración de la economía, desempleo y muchos más, y que ahora se van a agravar porque no estamos en capacidad de recibir tanta migración, comienzan a generar un estado colectivo de desánimo que podría incidir en las elecciones del próximo año.

En la crisis del hermano país vemos con satisfacción que países de gran peso internacional como sucede con Francia y Alemania vengan a la frontera, hablen con los afectados, tengan información de primera mano y sus embajadores expresen que sus países están listos a ayudar en esta crisis. 

El embajador francés Guatier Mignot incluso visitó el albergue provisional que se hizo en Villa del Rosario. En medio de esta crisis humanitaria, este apoyo internacional es positivo, pero poco a poco se está apoderando un estado de desánimo en el país. 

Si a ello se le suma la encuesta que publicó en primera página El Tiempo el jueves pasado en la que aparece Gustavo Petro con una intención de voto muy alta hacia el próximo año, esa realidad asusta a muchos con el tema aquel que aquí, así como vamos,  en unos años terminemos en algo parecido al “castro chavismo”. 

Ese cuento está calando entre nosotros.

Por estos días hablaba en Bogotá con una de las asesoras más importantes del país en temas tributarios y asesora de grandes empresas, y expresaba que hoy en día muchos empresarios están sacando sus dineros del país. No solo porque no pueden más con esa altísima carga tributaria que pagan las empresas aquí que puede llegar al 62%, mientras que en Chile se acerca al 28%, sino que ese ambiente de corrupción, desgobierno, desaceleración económica y para rematar Petro punteando en las encuestas, comienzan a generar temores. Por ahora debemos definir una política migratoria razonable para el país en la que ayudemos a nuestros hermanos venezolanos sin que nuestros problemas se agraven. De la mano de gobiernos como el de Francia y Alemania que nos ayuden con su experiencia y ponderación a trazar líneas en el diseño de esta política migratoria, tenemos el reto histórico de superar esta crisis que vive Venezuela.

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