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Desarrollo espacial sostenible

Cúcuta no cuenta con un plan de desarrollo económico, ni ningún candidato a alcalde lo menciona.

El libro “Modelling Cities and Regions as Complex Systems”, de los profesores Roger White, Guy Engelen e Inge Uljee, publicado por el MIT Press, es un libro muy técnico sobre modelación urbana desde una visión de sistemas complejos dinámicos y orgánicos, pero trae algo que es importante discutir en estos momentos para Cúcuta. 

Flandes, una de las tres regiones autónomas del estado federal belga, se embarcó en un proceso de planificación del uso del suelo, para, sobre esta planificación definir políticas públicas, y, esto es lo más importante, así lograr un desarrollo espacial sostenible. Cuando se habla de desarrollo, se habla de desarrollo económico, de creación de riqueza por los ciudadanos a través de la economía de mercado. Cúcuta no cuenta con un plan de desarrollo económico, ni ningún candidato a alcalde lo menciona, como no sean cosas como no cobrar iva o ideas similares, cortoplacistas, superficiales y que no forman parte de un programa coherente de gobierno; créanme hacer un modelo matemático de desarrollo económico con quitar el iva es imposible, se requiere alguito más complejo que eso. El desarrollo económico sostenible, agrega que el ideal es que esa creación de riqueza no se gire contra el ambiente y los recursos naturales, ni se base en la creación de más desigualdad; pero siempre partiendo que hay un desarrollo económico, porque si no lo hay, pues no hay nada que sostener, y debería  ser claro para todos, que el subdesarrollo o modelos económicos estatistas como el venezolano son destructores netos de estructura social y del ambiente. Si Cúcuta no tiene programa de desarrollo económico, hablar de sostenibilidad, como hoy se está haciendo, es poco menos que un ejercicio de magia. Y finalmente, el desarrollo espacial sostenible, es sólo el reconocimiento que el desarrollo sostenible implica una planificación de usos del suelo, pues sobre él está el ambiente, y sobre él también se desarrolla la economía y sus implicaciones sociales, además que el mismo suelo es en sí un recurso limitado. Pero veamos por qué Flandes consideró importante hacer todo este trabajo.

La tierra en Flandes es un recurso extremadamente limitado. Flandes está entre las regiones más urbanizadas de Europa, con cerca de 6 millones de personas viviendo, trabajando y buscando esparcimiento en aproximadamente 13.500 kilómetros cuadrados. Por nuestra parte, si marcamos un círculo con un radio de 50 kilómetros alrededor de Cúcuta, que alcanza a incluir el área metropolitana de San Cristóbal en el estado Táchira venezolano, el área ocupada sería la mitad de la de Flandes. Las proyecciones muestran que la población de Flandes probablemente alcanzará casi 7 millones para el 2050, y por eso, al menos que haya cambios de política, el área urbanizada se expandirá también, a una tasa de 6 hectáreas por día. Preguntó, ¿el POT de Cúcuta o del área metropolitana tendrá un indicador de este tipo? Este manejo proactivo del uso del espacio como un recurso valioso y limitado es de primordial importancia, si la pérdida de tierra agrícola y natural quiere ser evitada, y se intenta detener también una crisis social por el uso de la tierra. Si todo se deja como hasta ahora, la urbanización extensiva y la suburbanización de las áreas rurales serán un hecho. Flandes quiere evitar este escenario y por eso hace planeación total.

Ahora, si miramos el desarrollo del área urbana del área metropolitana de Cúcuta en su historia, como se aprecia en el estudio de Camacol Cúcuta 2050, en tres cuartos de siglo, el área metropolitana de Cúcuta se expandió de manera desorganizada (orgánica), hasta ocupar la mayor parte del suelo disponible de los valles de los ríos Pamplonita y Zulia, con el consiguiente daño ambiental sobre el hábitat de bosque seco tropical. Pero estos no son temas que importen a los candidatos a las alcaldías del área metropolitana de Cúcuta, más interesados en los negocios de las fotomultas, los negocios del POT, los negocios de la alimentación escolar, y otros muchos negocios, propios de nuestros sistemas locales. Y lo que es peor, tampoco importa a los votantes, quienes deberían entender que el suelo y el agua son finitos, y se acabaran, y que a cada cuatro años que perdamos nos acerca más al punto crítico de la escasez de recursos de suelo y agua, sumados a daño ambiental masivo, que hará que la crisis social sea imparable. Definitivamente, la diferencia entre subdesarrollo y desarrollo es una institucionalidad que premie el conocimiento, la planeación y la ejecución, y no la ineptitud, la chamboneria y la corrupción.

 

Viernes, 28 de Junio de 2019
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