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Duque y la región
La próxima semana tendremos a Duque en el Catatumbo, región en la que se estima que hay cerca de 30.000 hectáreas cultivadas en coca.
Sábado, 4 de Agosto de 2018

El próximo martes terminan los ocho años de Santos y comienza el período de Duque que trae por lo menos dos retos importantes: diversificar la economía para que el país encuentre otra fuente de recursos diferentes a los del petróleo del cual seguimos dependiendo en exceso, y consolidar un proceso de paz cada vez más amenazado, en grave riesgo, como sucediera con la masacre del Tarra que ha impacto al Catatumbo y la región. 

Los retos del presidente Duque van a ser cruciales, determinantes para el futuro del país en los próximos 4 años. Si fracasa el costo en uno u otro escenario será grave. En los dos temas entramos algo así como el que camina por una cuerda floja, que si cae, recuperarse será muy difícil.

Para colmo, en estos días hemos vivido un espectáculo casi de circo, de esos que nos gustan, el nuevo enfrentamiento entre el senador Uribe y la Corte Suprema de Justica. Uribe hábilmente politizó el tema, y hoy creo que es más posible que el expresidente “meta” preso al magistrado, que el magistrado Barceló a Uribe. 

En el tema de la economía pareciera que lo peor ya pasó, aunque la recuperación aún es muy lenta, y si bien el precio del petróleo en el mundo ha aumentado, no podemos cometer el mismo error de hace unos años cuando hubo bonanza: aumentar gastos, seguir en “la mermelada” y no controlar la corrupción.

Y en el tema de paz, después de la firma de un acuerdo hace cerca de 2 años, nadie podía imaginar un escenario tan grave como el de ahora. Ya van cerca de 400 líderes sociales asesinados. Si el nuevo joven mandatario no toma las medidas acertadas en los 2 temas, recuperarse será muy difícil. 

De otro lado, en el Norte hay mucha preocupación porque ya se conocen los primeros nombramientos, y esta que fue una de las zonas de mayor votación proporcionalmente hacia Duque, hasta el momento no figura ningún representante. Es entendible la cantidad de problemas que está recibiendo Duque: los hechos de violencia en Tumaco y el Catatumbo, la inseguridad del país, una economía en cuidados intensivos, la represa de Huidruitango, la misma renuncia de Uribe al senado, acomodar el ajedrez político, pero la falta de representación hasta ahora es una muestra de incapacidad de nuestra clase política, o de un interlocutor ante Duque? Le escuchaba por estos días a Andrés Hoyos en una reflexión muy válida para la región, que el antiguo Incoder que es el instituto que se encarga del tema de tierras se escindió en dos entidades, y una de ellas, la que implementa toda la política de tierras, sería por su importancia una muy buena oportunidad para alguien de acá. 

La próxima semana tendremos a Duque en el Catatumbo, región en la que se estima que hay cerca de 30.000 hectáreas cultivadas en coca, muy de lejos de las 6.000 a las que alcanzamos a reducir en otras épocas. Y de aquí en adelante es algo que lo hemos dicho y escrito en varias ocasiones: es cierto que el presidente Duque tiene un compromiso con el Norte de Santander, pero el mandatario recibe un país con grandes problemas y retos.

Ante todo el compromiso y la responsabilidad es nuestra, de organizarnos, de articular proyectos, y hay que decirlo abiertamente, de superar nuestra propia mediocridad e intereses personales. Es importante y por lo menos en el próximo año tendremos un interlocutor importante que es Alejandro Carlos Chacón. Es decir, Duque tiene un compromiso con la región, pero si una vez más esperamos a que el presidente venga a resolver nuestros apremiantes problemas, ahí nos quedaremos esperando.

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