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El abuso de las concesionarias

De nada sirvió la justa queja de gremio transportador...

El pasado 17 de diciembre, las concesionarias que atienden la vía que de Bucaramanga a Cúcuta, notificaron que realizarían trabajos en las mismas. Para lo cual cerrarían por espacio de una hora el flujo automotor.

Según la noticia publicada en el portal de Caracol, se trata de aplicación de pintura y obras de reparcheo del 18 al 22 de diciembre y aunque suene trasnochada la columna, se trata de evaluar el impacto que han generado tan abusivas decisiones.

Por un lado, la Concesionaria Autovía Bucaramanga – Pamplona, pertenece al reconocido grupo español Sacyr, responsable del tramo anunciado. Ellos realizarán actividades de señalización horizontal o aplicación de pintura.

En cuanto a la vía que de Pamplona conduce a Cúcuta, las tareas de mantenimiento son realizadas por la Concesionaria Unión Vial Río Pamplonita.

Las dos hacen lo posible por ejecutar las obras, por cuanto de eso depende la facturación que pasen a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y poco o nada les importa las molestias que causaron y que seguirán causando sea cual fuere la época del año.

Faltando pocos días para la Navidad, notifican a la ciudadanía sobre el cierre de la vía nacional el día anterior, de tal manera que su definido en su cronograma financiero se pueda cumplir y eso debimos aguantarlo.

De nada sirvió la justa queja de gremio transportador y mucho menos les importa que al no tener más alternativas viales, los conductores deben resignarse y pasar la rabieta mientras autorizan el paso y por otra parte, es curioso ver que con la llegada inminente del fenómeno “El Niño”, no tendrán la excusa que adelantaron trabajos por la llegada de lluvias, cuando ellos saben que no se tendrá temporada invernal hasta después de mayo o junio del próximo año.

En conclusión, considero que falta protesta social en contra de las actuaciones que en varias oportunidades realizan las concesionarias, puesto que en su afán de cumplir metas financieras, exponen a los actores de las vías a las situaciones más adversas, por ejemplo duplicando el tiempo de recorrido de una ruta, agotando prematuramente a los conductores y por consiguiente exponiendo a los pasajeros a accidentes, porque hacer cola en una carretera no es ningún descanso sino por el contrario, sinónimo de estrés. 

Los controles de la ANI son insuficientes y permisivos porque si bien es cierto, deben señalizar las vías a su cargo, no menos cierto es que dicha actividad debe ejecutarse en baja temporada y no cuando el tráfico promedio diario alcanza sus límites más altos. 

Sea la oportunidad para desearles a todos mis lectores, ¡Feliz Navidad! 

Sábado, 22 de Diciembre de 2018
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